miércoles, 16 de enero de 2013

CRITICAR



CRITICAR
por Francisco-Manuel Nácher

Está de moda criticar, siempre que por criticar se entienda encontrar mal lo que hacen los gobiernos, las religiones, los empresarios, las instituciones, los vecinos y hasta los amigos y parientes, y asegurar que nosotros lo haríamos mejor. Y, claro, a poco que se piense, se descubre lo irracional de esa postura: Por un lado, porque carecemos de la información que los interesados poseen para actuar como actúan y, por otro, porque nuestra crítica nada aporta para solucionar el problema y sólo sirve para
nuestra autocomplacencia, convencidos como estamos de nuestra
sabiduría, nuestra agudeza y hasta nuestro genio. Pero ¿no sería más racional, más lógico y más constructivo que, en vez de estudiar y criticar a los demás nos estudiásemos a nosotros mismos y, comprobado, como comprobaríamos sin duda, que dejamos mucho que desear, nos dedicásemos con todas nuestras fuerzas a cumplir fielmente todas nuestras obligaciones de ciudadanos, de empresarios, de trabajadores, de padres, de esposos, de hijos, de religiosos, de miembros de asociaciones, clubs, etc.?

¿No funcionaría todo mejor y hasta quizá resultaría innecesaria la crítica?

Es, pues, mejor norma de conducta actuar correctamente y ver en los demás todo lo positivo, dejando que actúen como creen que deben hacerlo y opinar y aconsejar sólo si se nos pide opinión o consejo, que meter las narices donde no se nos ha llamado.

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