EL LIRIO DEL VALLE
Y EL PAJARILLO DEL EVANGELIO
por Francisco-Manuel Nácher
Nos dice Cristo en este hermoso pasaje que, ni uno ni otro se
preocupan de mejorar, ni piensan en el mañana. Simplemente, están en armonía con la naturaleza y... son felices. Su vida puede tener problemas y peligros y depredadores, y pueden hasta ser destruidos o devorados. Pero han sido felices y, a pesar de los accidentes, han estado siempre sintonizados con todo, incluso con quienes los han destruido o devorado, porque está en su naturaleza destruirlos o devorarlos.
¿Y nosotros? Nosotros, que somos autoconscientes y que tenemos
mente y que pensamos en el mañana, ¿qué habremos de hacer para ser felices, es decir, para estar en armonía con el universo? Exactamente lo mismo: Vivir, hacer frente a los problemas y peligros y, si se impone, "ser devorados", pero sin odio, sin preocupación, sin romper esa sintonía con todo. Sólo así seremos felices. Y ese es el mensaje del citado pasaje
evangélico.
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