FILOSOFÍA DE LA VIDA
Conferencia introductoria para un curso,
a los presos de Madrid, sobre
las Enseñanzas de la Sabiduría Occidental
(por Francisco-Manuel Nácher)
El título de este curso, "Filosofía de la Vida", podría haber sido
cualquier otro. Es lo de menos. Éste tiene, por lo menos, la particularidad
de que los que lo sigan, podrán decir que han "estudiado Filosofía". Y será
verdad. Porque mi idea, mi proyecto es convertiros a todos en filósofos.
No sé si sabéis que la Filosofía es la madre de todas las ciencias y de todos
los conocimientos de la Humanidad. De ella han salido todas asignaturas.
Hay otros dos aspectos del hombre, que son el Arte y la Religión. Pero
estos dos últimos no los vamos a tocar. En todo caso, al final del curso. Ya
será bastante el aprender a filosofar que, en el fondo, no es más que
aprender a pensar Y, por tanto, a vivir. Pero a vivir correctamente.
Lo que el hombre ha hecho desde que es hombre, es decir, desde que
tuvo la posibilidad de pensar, a diferencia de los animales, y se dio cuenta
de que pensaba, ha sido eso: pensar. Y, gracias a que el hombre ha seguido
pensando, la Humanidad ha ido aprendiendo cosas y descubriendo cosas e
inventando cosas. No todos los hombres, claro, no todos los hombres han
pensado con la misma intensidad ni con la misma profundidad ni con el
mismo éxito; no todos han sido pensadores ni descubridores ni inventores,
sino que eso lo han hecho sólo algunos, y esos pensamientos, esos
descubrimientos y esas invenciones de unos pocos, luego, se han
aprovechado por toda la Humanidad.
Pero eso no quiere decir que los demás no hubieran podido hacerlo.
De ninguna manera. Todos lo hubieran podido hacer. Lo que ocurrió, y
sigue sucediendo, es que sólo unos pocos han podido, a lo largo de la
Historia, aprender en cada época a pensar correcta y profundamente. Los
demás han tenido y tienen que pensar sólo en cómo sobrevivir. Es decir:
sólo los que han tenido asegurada la comida y, por tanto, la vida, han
podido dedicarse a pensar, mientras los demás trabajaban. Claro que,
luego, el fruto de sus pensamientos ha podido ser disfrutado por todos. Y
ese ha sido el precio que han pagado por no trabajar manualmente mientras
los otros lo hacían. Por otra parte, el premio de los que trabajaron han sido
el poder disfrutar los efectos de los pensamientos de los que pensaban.
Como veis, la naturaleza tiende siempre a nivelar, a unificar, a equilibrar, a
aprovecharlo todo con el mínimo desgaste. En la naturaleza todo se
unifica, porque la naturaleza es una: El sol sale para todos, y llueve para todos, y el aire es para todos y el mar y los amaneceres y las noches y la
brisa... y los pensamientos y los descubrimientos y las invenciones y…
hasta la vida. Todo es de todos y todos formamos parte de ese todo.
Dicho esto, quisiera añadir que me gustaría crear con vosotros o,
mejor dicho, que vosotros creaseis una sociedad perfecta. Digo esto porque
estoy seguro de que todos coincidiréis conmigo en que la sociedad actual,
tanto la de aquí dentro como la de puertas afuera, no es perfecta, ni mucho
menos, y que podría ser mejor, mucho mejor.
Pues bien, ya que todos nosotros reunimos los requisitos necesarios
para pertenecer al grupo de los elegidos, es decir, de los pensadores, puesto
que no tenemos que trabajar para comer y puesto que todos tenemos
cabeza y cerebro y podemos pensar, ¿por qué no nos convertimos en
filósofos y pensamos, mientras el resto de la Humanidad trabaja para
comer?
Vamos, pues, a convertirnos en filósofos. Vamos a poner en
funcionamiento nuestra inteligencia, nuestra capacidad de observación, de
razonar, de imaginar, de comparar, de argumentar, de distinguir, de deducir
y de inducir, de analizar y sintetizar, de reflexionar y, luego, de todo eso,
sacar conclusiones que nos convenzan de la certeza de nuestros hallazgos.
Dicho así parece fácil. Pero no lo es. Por eso no ha habido
demasiados pensadores a lo largo de los siglos. Pero nosotros lo vamos a
hacer: Tenemos tiempo y tenemos cabeza y tenemos ganas de usarla. Así
que vamos a ver qué sacamos de nuestras molleras y cómo asombramos
con ello al resto de la Humanidad. Es sólo cuestión de que nos lo
propongamos. Y sé que, en estos momentos ya lo estáis haciendo. Porque,
sería estupendo que, de aquí, precisamente de aquí, donde se supone que
estamos los malos, resultase que salen ideas que mejoran las de los buenos.
Tiene que ser, y eso quiero que lo tengáis claro, una labor de todos.
Pero también de cada uno. Me explico: Aquí, en las clases y, por supuesto
luego en las celdas, en el recreo o cuando os sea posible, deberéis
comentar, discutir y contrastar vuestros puntos de vista. Pero cada uno de
vosotros, solos con vuestro pensamiento, tendréis que reflexionar y sacar
vuestras propias opiniones.
Sería muy conveniente que, los que pudieran, grabasen estas clases y
luego las oyeran varias veces y las hicieran llegar a los compañeros. Estoy
seguro de que, entre todos, vais a ser capaces de asombrar a todos con
vuestros hallazgos y, lo que es más importante, vais a asombraros a vosotros mismos de la cantidad de cosas que sabíais sin saber que las
sabíais.
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