POEMAS DE ' EL VIAJE INTERIOR'
Capítulo II (La Búsqueda)
QUISIERA...
Quisiera pasar por la vida sin preguntarme nada,
pero no puedo...
Quisiera emborracharme de materia
y olvidar el espíritu, si es que existe,
pero no puedo...
Oigo una voz, no sé si de dentro o de fuera
o de ambas procedencias a la vez,
que me susurra noche y día al corazón
y a la mente y a los ojos,
que hay muchas preguntas sin respuesta
y que urge encontrar la solución.
Porque, la vida pasa en un suspiro,
¿Y luego, qué?
¿Quién acciona ese pequeño resorte interior
que me obliga a no sentirme satisfecho?
Sea quien sea, ¡Gracias!
*
SÚPLICA AL HERMANO TERRORISTA
Si crees que tienes la razón, dialoga.
Nadie te va a negar el escucharte.
Pero, escucha también,
y piensa y reflexiona y monologa
y trata de evitar equivocarte:
Busca, ante todo, el bien.
La violencia, la fuerza y la pistola
no convencen a nadie sobre nada
y tú has de convencer.
¿De qué te sirve estar sobre la ola
si no tienes razón, y equilibrada
vendrá de nuevo a ser?
¿Por qué has de asesinar a tus hermanos
sin darles ocasión de comprenderte?
¿No sería mejor
Mostrar que tus trasfondos son humanos
y discutir, pensar, robustecerte
con más amor?
Tiende tu mano sin rencor ninguno
y toma la ofrecida por tu hermano
y siente su calor…
y caminad así los dos cual uno,
sincronizando corazón y mano
sin miedo y sin rencor…
Porque, ¿tú ves el fin de lo que haces?
¿A quién calculas tú que servirá?
¿Por quién te expones?
¿No descubres los tétricos disfraces
de amor por odio? ¿Quién aceptará
tales razones?
*
EL VALLE IDEAL
Siempre me pregunto qué habrá tras el monte
y, cuando lo escalo… sólo hay otro igual.
¿Dónde estará el valle soñado, perfecto,
sin penas, sin odios, sin sangre y en paz?
¿Es que es sólo un sueño? ¿sólo una quimera?
¿sólo un espejismo imposible y fugaz?
¿o es algo más hondo, más firme, más cierto,
algo que es concreto y tangible y real?
¿Y dónde se encuentra? ¿dónde he de buscarlo
si llevo en su busca ya una eternidad
y siempre se esconde y me evita y me engaña
y me burla y se esfuma y se oculta y se va?
¿No estará escondido en el fondo del alma,
donde no he pensado siquiera en mirar,
haciéndome señas y signos y gestos
para que lo vea y ya no busque más?
*
EL PRECIO DEL CIELO
La voz del hombre:
- ¿Cuándo podré sentirme, al fin, libre y dichoso,
sin miedos, sin problemas, sin nubes, sin temores,
y sonreír confiado, como sonríen las flores,
y no temer mi entorno, hostil, hosco y gravoso?
¿Cuándo podré elevarme hasta el cielo, gozoso,
y vivir rodeado, para siempre, de amores,
u olvidar las desgracias, tristezas y dolores,
y vivir en un mundo feliz y esplendoroso?
La voz de Dios:
- Tu corazón empapa con lágrimas de pena
por el dolor que aflige a todos tus hermanos;
conciénciate culpable de la desgracia ajena;
extiende, auxiliadoras, hacia ellos tus dos manos
y, con tu alma limpia y de ilusiones llena,
te elevarás al cielo y sabrás sus arcanos.
*
¿QUÉ NOS HA OCURRIDO?
Cuando llora un niño
todos lo entendemos
y todos sentimos
la voz interior
que nos urge, amante,
a darle cariño,
a acallar su llanto
y a brindarle amor.
Cuando llora un hombre,
ya no nos conmueve
y nada nos mueve
a darle calor
ni a enjugar su llanto,
compartir sus penas,
romper sus cadenas,
sentir su dolor...
¿Qué nos ha ocurrido?
¿Cuándo ha sido el cambio?
¿Cuándo hemos perdido
la capacidad
de ver en el otro
nuestra propia historia?
¿Que nuestra memoria
no funciona ya?
¿Ya hemos olvidado
nuestros propios llantos,
nuestras propias penas
y nuestro dolor,
y nuestros suspiros
por sentir las manos
de otro ser humano
dándonos calor?
¡Qué flaca memoria!
¡Qué triste destino
andar el camino
sin mirar atrás
y no ver a otros
que, como nosotros
en mil ocasiones,
ya no pueden más!
O cerrar los ojos
sin querer ver nada,
el alma blindada
ante tanto horror,
sin caer en la cuenta
de que la factura
por tanta negrura
ya es nuestra, segura,
y nuestro el dolor.
*
EL DOLOR DE LOS OTROS
¿Por qué ha de doler más la propia pena
que el dolor que, en la vida, aflige a otros?
¿No tienes culpa en la desgracia ajena?
¿Y no la tienen ellos en tus logros?
¿En qué te diferencias? ¿Cómo esperas
mantenerte tranquilo y sin ahogos,
si mitigas tan sólo tus dolores
sin mirar a tu entorno?
¿Cuánto crees que tu dicha ha de durarte?
¿Y quién te ayudará cuando, tú solo,
te enfrentes al problema, que ahora siembras,
y sin derecho al socorro?
¡Olvídate de ti!
Haz tuyo el sufrimiento de tu prójimo,
centra en él tu atención,
esfuérzate por enjugar su rostro
y, milagrosamente,
matarás tu dolor.
*
EL CONOCIMIENTO DE SÍ MISMO
Diezma cada mañana la legión de tus vicios,
estúdiate por dentro y mírate al trasluz;
sabe de tus pecados, valora tus servicios,
no sigas el ejemplo, fatal, del avestruz.
Pondera tus virtudes y mide tus defectos
y evalúa tus sombras y valora tu luz,
y verás cómo cambian, hasta hacerse perfectos,
tus deseos, tus sueños, tus esfuerzos dilectos,
más claros y brillantes que las perlas de Ormuz.
*
LA LUZ INTERIOR
Utiliza el cedazo de tu mente,
criba los acontecimientos de tu vida
y verás cómo encuentras, escondida,
tu luz interna, que te orienta al frente.
Y síguela sin miedo, sin dudarlo,
porque ella sabe cómo conducirte
y adónde debes ir, y ha de decirte
cuándo llegas y cómo has de lograrlo.
*
EL NIÑO, HECHO HOMBRE
Dichoso tiempo aquél cuando, en la infancia,
todo hermoso y verdad me parecía
y tocaba la luna con mis dedos
y acompañaba al sol tras su salida;
con pájaros y flores dialogaba
y estrellas amasaba cada día;
y los peces dorados del estanque
me hablaban sin sonido y sonreían,
y las nubes trazaban mil figuras
sólo porque intentase descubrirlas,
y la lluvia jugaba a acariciarme
y la tierra del campo siempre olía
a miles de perfumes deleitosos;
y lavaba mi rostro con la brisa,
y el verde era más verde y más perfecto,
y el azul de los cielos descendía
besando el de los mares con un beso
que de mí al horizonte se extendía;
los hombres eran buenos y sencillos
y amables y sinceros y sin prisas
y llenos de proyectos y de sueños
y ahítos de promesas y de vida;
y el pasado era sólo algo gozoso,
y el futuro, esperanza y alegría...
¿Por qué ha cambiado todo de ese modo?
¿En qué momento fue la sacudida
que rompió la verdad de lo valioso
y puso en su lugar a la mentira?
¿Por qué ya nada es lo que entonces era?
¿Cuándo me transformé? ¿Y en qué medida?
*
¿DÓNDE ESTA LA VIDA?
Ya al nacer, empezamos a morir,
pero, cada minuto que morimos
nos acerca, sin pausa, a un revivir
al llegar al final de este camino.
Nacer y morir; morir y nacer
cual flujo interminable al sol marino,
ascendiendo en la escala de la vida
en brazos de un mistérico destino.
¿Y dónde está la vida? ¿Aquí o allá?
¿Y cuál es de estas vidas el sentido?
¿Y qué de mi se espera en esta ida
y este regreso siempre repetidos?
*
LOS DOS POLOS
¿Por qué, para pintar una flor blanca
en fondo blanco, habrá que usar el negro?
¿Por qué, para saberte inteligente
necesitas medirte con el necio,
y, para ser piadoso, bueno o sabio,
con el impío, el malo o el cateto?
¿Por qué, para ser alto o grueso o sano,
con el bajito, el fino o el enfermo?
¿Es que sólo en los polos es posible
ser algo con sentido frente al resto?
¿No será porque nada es absoluto
y todo relativo e imperfecto?
*
DE LO IMAGINADO A LA REALIDAD
Cuando concibo algo
me guían las mejores intenciones;
de la ilusión me valgo y, con mis voliciones,
configuro mis sueños e ilusiones.
Pero, más tarde, al verlos
plasmados en materia de este plano,
sólo el reconocerlos
como obra de mi mano,
me supone un esfuerzo sobrehumano.
¿Por qué, si tan perfectos
cuando los concebí y los deseaba
y tan por mí dilectos,
así se les acaba
la gracia y perfección que los ornaba?
*
LA LUZ DE LA INOCENCIA
¿Has visto la mirada de los niños,
llena de luz, de sueños e ilusiones,
sin dobleces, sin odios, sin pasiones,
pura, como la piel de los armiños?
¿Has visto que a sus rostros de novicio
aún no los han surcado las arrugas,
pues aún no han iniciado tenues fugas
del bien al mal, de la inocencia al vicio?
¡Quién pudiera vivir toda la vida
siendo un niño, por dentro y por afuera
y no ver la maldad, tan extendida,
tan visible, tan dura, tan certera,
sino la luz que habemos escondida
y alumbra nuestra vida toda entera!
*
TRÍPTICO DEL HOMBRE
I ¿Qué es el hombre? - preguntas, insistente -
¿y cuáles son su origen y destino?
¿Es sólo puro azar, en el camino
de la Natura? ¿sólo un accidente?
¿Es fruto de un programa inteligente?
¿Nace con un determinado sino?
¿Es libre o es esclavo o es divino,
o es mero pensamiento de otra mente?
¿Es ciego y mudo y sordo a lo elevado?
¿Es, necesariamente, negativo?
¿Sólo piensa en sí mismo, obnubilado?
¿No ve que, en este mundo, está cautivo?
¿Ha de mirar a los demás airado
sin ver en ellos nada positivo?
II El hombre es todo un dios en formación,
una chispa de la hoguera divina,
un espíritu excelso, que ilumina
un cuerpo, un sentimiento, una razón;
y es, en el fondo, la consecución
del propio esfuerzo, que es su vitamina,
ya que puede crear, y lo domina,
el bien o el mal: ésa es su condición.
Por dentro, el hombre es bueno y es hermoso;
por fuera, tiene miedo a sus hermanos
y el miedo hace que quede, receloso,
atado, en su interior, de pies y manos,
sin exhibir su interno luminoso,
cual es el interior de los humanos.
III El hombre es un espíritu creador
que reencarna mil veces, inconsciente,
y evoluciona, intermitentemente,
según actúe aquí, mejor o peor,
partiendo de que, todos los humanos,
de cualquier raza, pueblo o religión,
todos, sin excepción, son sus hermanos,
y es responsable de su evolución;
Y, conociendo, cada vez mejor,
que el odio y el desprecio y la violencia
y la guerra y la sangre y el terror
vuelven sobre su autor, en consecuencia,
y que el mejor camino es el amor,
aprende caridad y convivencia.
*
¿POR QUÉ?
Si estamos hechos de la misma pasta
¿Por qué nos empeñamos en luchar?
Lo suyo es ir cogidos de la mano
y sin mirar atrás.
¿Cuál es la meta de esta lucha estúpida
que todo nos obliga a fomentar?
¿Por qué ha de haber primero y último
y mejor y peor y bien y mal,
si todos somos de la misma pasta
si todos somos uno nada más?
¿Por qué la incomprensión y la miseria?
¿Por qué, si de verdad
no somos más que aspectos incompletos
de una misma Deidad?
*
EL VALOR DEL ALMA
Si, cuando de este mundo me despida
nada me llevaré de cuanto tenga,
¿Qué puede haber aquí que me convenga,
salvo los hechos todos de mi vida?
¿Por qué, pues, esa lucha desabrida
con el mundo, para que me mantenga,
sin buscar, ¡inocente!, que sostenga
la lógica una vida así vivida?
Si las cosas no son sino instrumentos
del trabajo del alma en este mundo,
¿por qué he de valorarlas, a momentos,
como bien necesario, en que me hundo,
y, en cambio, no valoro, y vago a tientos,
el alma, que es mi bien el más profundo?
*
TODO ES UNA SOLA VIDA
¡Cuántos miles de vidas se han cruzado
con mi vida, a lo largo de los años!
¡Cuántas risas, suspiros, desengaños,
acciones, omisiones, bienes, daños,
amores, desamores... Sin cesar,
mi existencia no ha sido sino un filtro
de la actuación de otros, tan variada,
tan necesaria, tan interesada,
tan manida y tan nueva y deseada,
y tan suya y tan mía, a mi pesar,
que confundo esas vidas con mi vida
y, estudiado lo suyo y lo que es mío,
ya no sé distinguirlo, y me sonrío
al ver que sólo soy un gran vacío
y todo es una vida nada más.
*
LOS DOS POLOS
¿Por qué, para pintar una flor blanca
en fondo blanco, habrá que usar el negro?
¿Por qué, para saberte inteligente
necesitas medirte con el necio,
y, para ser piadoso, bueno o sabio,
con el impío, el malo o el cateto?
¿Por qué, para ser alto o grueso o sano,
con el bajito, el fino o el enfermo?
¿Es que sólo en los polos es posible
ser algo con sentido frente al resto?
¿No será porque nada es absoluto
y todo relativo e imperfecto?
*
DE LO IMAGINADO A LA REALIDAD
Cuando concibo algo
me guían las mejores intenciones;
de la ilusión me valgo y, con mis voliciones,
configuro mis sueños e ilusiones.
Pero, más tarde, al verlos
plasmados en materia de este plano,
sólo el reconocerlos
como obra de mi mano,
me supone un esfuerzo sobrehumano.
¿Por qué, si tan perfectos
cuando los concebí y los deseaba
y tan por mí dilectos,
así se les acaba
la gracia y perfección que los ornaba?
*
LA LUZ DE LA INOCENCIA
¿Has visto la mirada de los niños,
llena de luz, de sueños e ilusiones,
sin dobleces, sin odios, sin pasiones,
pura, como la piel de los armiños?
¿Has visto que a sus rostros de novicio
aún no los han surcado las arrugas,
pues aún no han iniciado tenues fugas
del bien al mal, de la inocencia al vicio?
¡Quién pudiera vivir toda la vida
siendo un niño, por dentro y por afuera
y no ver la maldad, tan extendida,
tan visible, tan dura, tan certera,
sino la luz que habemos escondida
y alumbra nuestra vida toda entera!
*
TRÍPTICO DEL HOMBRE
I ¿Qué es el hombre? - preguntas, insistente -
¿y cuáles son su origen y destino?
¿Es sólo puro azar, en el camino
de la Natura? ¿sólo un accidente?
¿Es fruto de un programa inteligente?
¿Nace con un determinado sino?
¿Es libre o es esclavo o es divino,
o es mero pensamiento de otra mente?
¿Es ciego y mudo y sordo a lo elevado?
¿Es, necesariamente, negativo?
¿Sólo piensa en sí mismo, obnubilado?
¿No ve que, en este mundo, está cautivo?
¿Ha de mirar a los demás airado
sin ver en ellos nada positivo?
II El hombre es todo un dios en formación,
una chispa de la hoguera divina,
un espíritu excelso, que ilumina
un cuerpo, un sentimiento, una razón;
y es, en el fondo, la consecución
del propio esfuerzo, que es su vitamina,
ya que puede crear, y lo domina,
el bien o el mal: ésa es su condición.
Por dentro, el hombre es bueno y es hermoso;
por fuera, tiene miedo a sus hermanos
y el miedo hace que quede, receloso,
atado, en su interior, de pies y manos,
sin exhibir su interno luminoso,
cual es el interior de los humanos.
III El hombre es un espíritu creador
que reencarna mil veces, inconsciente,
y evoluciona, intermitentemente,
según actúe aquí, mejor o peor,
partiendo de que, todos los humanos,
de cualquier raza, pueblo o religión,
todos, sin excepción, son sus hermanos,
y es responsable de su evolución;
Y, conociendo, cada vez mejor,
que el odio y el desprecio y la violencia
y la guerra y la sangre y el terror
vuelven sobre su autor, en consecuencia,
y que el mejor camino es el amor,
aprende caridad y convivencia.
*
¿POR QUÉ?
Si estamos hechos de la misma pasta
¿Por qué nos empeñamos en luchar?
Lo suyo es ir cogidos de la mano
y sin mirar atrás.
¿Cuál es la meta de esta lucha estúpida
que todo nos obliga a fomentar?
¿Por qué ha de haber primero y último
y mejor y peor y bien y mal,
si todos somos de la misma pasta
si todos somos uno nada más?
¿Por qué la incomprensión y la miseria?
¿Por qué, si de verdad
no somos más que aspectos incompletos
de una misma Deidad?
*
EL VALOR DEL ALMA
Si, cuando de este mundo me despida
nada me llevaré de cuanto tenga,
¿Qué puede haber aquí que me convenga,
salvo los hechos todos de mi vida?
¿Por qué, pues, esa lucha desabrida
con el mundo, para que me mantenga,
sin buscar, ¡inocente!, que sostenga
la lógica una vida así vivida?
Si las cosas no son sino instrumentos
del trabajo del alma en este mundo,
¿por qué he de valorarlas, a momentos,
como bien necesario, en que me hundo,
y, en cambio, no valoro, y vago a tientos,
el alma, que es mi bien el más profundo?
*
TODO ES UNA SOLA VIDA
¡Cuántos miles de vidas se han cruzado
con mi vida, a lo largo de los años!
¡Cuántas risas, suspiros, desengaños,
acciones, omisiones, bienes, daños,
amores, desamores... Sin cesar,
mi existencia no ha sido sino un filtro
de la actuación de otros, tan variada,
tan necesaria, tan interesada,
tan manida y tan nueva y deseada,
y tan suya y tan mía, a mi pesar,
que confundo esas vidas con mi vida
y, estudiado lo suyo y lo que es mío,
ya no sé distinguirlo, y me sonrío
al ver que sólo soy un gran vacío
y todo es una vida nada más.
*
LA VOLUNTAD
Aunque tú no te percates,
sólo eres tu voluntad
y serás lo que ella quiera
y lo que no, no serás.
Maneja, pues, con cuidado
tan valioso talismán,
que ha de hacer de ti un payaso
o un célebre capitán
o un artista consumado
o un gran maestro a imitar
o un criminal sin reparos
o un santo pleno y cabal.
Y sabe que, el mejor modo
de usar esa voluntad
es sintonizarla presto,
de un modo honesto y total,
con la voluntad divina,
fuente de tu facultad.
Si te esfuerzas todo el día
por sentirla en ti actuar
y seguirla, obedecerla,
y hacerla propia, verás
como ella te va diciendo
cómo te conviene obrar
y qué debes hacer luego
y de qué debes hablar
o si has de guardar silencio
y hasta cómo has de pensar.
Y te sentirás dichoso
de poder atravesar
de la vida el mar, seguro,
guardado del temporal,
y llegar a puerto, un día,
con gran cosecha y gran paz.
*
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