PRACTICAR ES LA CLAVE
por Francisco-Manuel Nácher
En el hombre todo es desarrollable y todo ha de ser desarrollado. Lo
mismo que el campeón olímpico no nace, sino que se hace, y no se hace
con la pasividad y la inactividad, sino con la voluntad, el esfuerzo y la
repetición, cualquier otra facultad humana requiere los mismos
ingredientes para desarrollarse: Voluntad, esfuerzo y repetición (o
método). Y así, cuanto más pensamos, más sabemos pensar; cuanto más
aprendemos, más capaces de aprender nos hacemos; cuanto más creamos,
más creativos nos volvemos; cuanto más tratamos de comprender al
prójimo, más fácil nos resulta; cuanto más lo amamos, más nos sentimos
inclinados a amarlo; cuanto más lo servimos, más posibilidades se nos
presentan; cuanto más damos, más tenemos para dar; cuanto más oramos,
más nos apetece y más motivos nos surgen... Es una ley natural: Lo que se
ejercita crece y se desarrolla; lo que no se ejercita, o no nace o se atrofia.
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