LA DOBLE VIDA
por Francisco-Manuel Nácher
¿Hay nada más triste que un hombre que lleve una doble vida?
Supongo que todos estamos de acuerdo: Ese hombre acaba sin saber
realmente quién es, y comete equivocaciones y olvidos y errores que
producen en él zozobra y nerviosismo y miedo a ser descubierto, y tensión
por no volver a errar, y excesos en un sentido para compensar los defectos
en el otro... Vive, en fin, una vida dividida y absurda, sin completar nada,
sin ir a ningún sitio, sin posibilidades de futuro ni de presente en paz, con
alegría y con confianza, sin amigos, sin confidentes, sin seres queridos, sin
verdaderos amantes...
Es difícil concebir una vida más miserable.
Pero, ¿cuál es la vida que llevamos cada uno de nosotros? ¿Es que
nos manifestamos a los demás como realmente somos? ¿Es que no estamos
continuamente pendientes de seguir siendo ante ellos aquél que deseamos
que sigan pensando que somos? ¿Es que no existe un diálogo permanente
entre la parte de nosotros que actúa en cada momento y la parte que
piensa? ¿Es que no es nuestra vida una lucha ininterrumpida entre dos
posibilidades: la correcta y la que nos “interesa”?
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