LA EVOLUCIÓN DEL ESPÍRITU
por Francisco-Manuel Nácher
"Quien cree en mí, hará obras como las mías y aún mayores" (Juan,
14:12-13). ¿De qué podía hablar Cristo en este pasaje de los Evangelios
sino de la evolución? Pero no de la evolución de los cuerpos, que no son
los que hacen los milagros.
Está claro que los discípulos, en aquel momento, no podían hacer lo
que Cristo hacía. Por tanto, la afirmación de Cristo - que no se refería sólo
a los apóstoles, sino a todo el que le siguiera - no aludía a la evolución del
cuerpo, sino a la evolución del espíritu.
Cristo re refería a que, como la evolución avanza en espiral, cada
vuelta que da nos sitúa en un punto anterior, ya vivido, pero más
evolucionados y, por tanto, con más capacidades. Les estaba, pues,
diciendo que, cuando ellos llegasen a Su nivel de evolución de aquel
momento, estarían más evolucionados que Él y, por tanto, podrían hacer
las cosas que Él hacía y aún mayores. Estaba claro.
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