EL ADELANTO
por Francisco-Manuel Nácher
Según la Ley Natural, lo que se adquiere espontáneamente o con gran facilidad mientras se es joven, es luego una traba que impide que, al llegar a edad adulta, se eleve uno por encima de ese nivel de juventud. En cambio, el que de joven se tiene que esforzar y, además, aprende de los otros, puede elevar sus conocimientos más allá que sus maestros.
Así ha ocurrido insistentemente con los “niños prodigio” que, en
términos generales, casi nunca han llegado a ser “hombres prodigio”.
Y ha sucedido con las civilizaciones: Han fecundado a un pueblo más atrasado, pero que luego ha sido capaz de llevar los conocimientos heredados más allá que sus propios creadores.
Y en el mundo de los descubrimientos científicos, donde cada uno se ha basado en los conocimientos de sus antecesores y los ha desarrollado hasta donde ellos no pudieron llegar.
Y, en la vida espiritual donde, de los grandes pecadores han salido
los más grandes santos. Porque los niños son inocentes, pero sólo los adultos, que ya han vivido y han pecado y se han arrepentido y con ello han aprendido, pueden llegar a ser sabios o, lo que es lo mismo, virtuosos.
* * *
No hay comentarios:
Publicar un comentario