CONSEJOS AL QUE EMPIEZA A TRABAJAR
por Francisco-Manuel Nácher
1.- Entra en tu trabajo con sencillez y humildad, sin pretender saber las cosas.
2.- Sonríe a todos.
3.- Llega siempre, en todo, al fondo del asunto o del problema. Hasta que entiendas todo el proceso y todo el meollo y el cómo y el por qué.
4.- Ayuda siempre a todos, incluso a los que no te lo pidan.
5.- No te enfades con nadie nunca. Nadie es perfecto y, por tanto, es ilógico enfadarse porque los demás no lo son.
6.- Toma tu trabajo como lo más importante. Es tu propia aventura, tu propia vida. Por tanto, desarróllalo lo mejor que te sea posible.
7.- Aprende todo lo que puedas de todos los demás. Cuanto más
sabes, más vales.
8.- Trata, hasta que lo consigas, de convertirte en el mejor en algo
importante o necesario. Si te haces imprescindible, triunfarás.
9.- No desprecies ni a tus jefes ni a tus subordinados ni a tus
compañeros. Son hombres como tú y, en algún aspecto, seguro que te aventajan, aunque en otros los aventajes tú.
10.- Trata de adquirir, a toda costa:
- Sentido de responsabilidad.
- Honestidad.
- Espíritu de lucha.
- Capacidad para estar informado de lo que pasa a tu alrededor
y, en general, en el mundo en que trabajas.
- Estudio de los asuntos desde todos los ángulos, aún los más
descabellados.
- Empeño en resolver todos los problemas que se presenten,
pues todos tienen una solución, que es la mejor.
11.- Si te captas la confianza de tus jefes, ganarás y aprenderás a su
lado.
12.- No te canses de tu trabajo. Hazlo bien, perfecto, y entonces
podrás pedir un cambio.
13.- Fuera de las horas de trabajo, si hace falta tu ayuda y puedes,
préstala.
14.- En tu tiempo libre, lee, lee y lee. Si lees valdrás mil veces más
que si no lees. El hombre que lee, está salvado social, cultural y
laboralmente. Y selecciona tus lecturas. Exígete cada vez más.
15.- Lleva una alimentación sana y, sobre todo, equilibrada:
Proteínas, hidratos de carbono, grasas, vitaminas y minerales básicos diariamente.
16.- Toma, si puedes, cada mañana el batido de leche con germen de trigo, levadura de cerveza, azúcar de caña, polen y miel. Así empezarás tu jornada con lo básico y necesario.
17.- No caigas en el tabaco ni en el alcohol ni, mucho menos, en las
drogas; no hacen ningún bien, hijo, ni a la salud ni al bolsillo. Y, en
cambio, hacen mucho daño a ambos.
18.- Si, además de tu trabajo, puedes hacer algo con él relacionado,
con lo que puedas aprender más, no dudes en hacerlo, aunque te cueste algún esfuerzo.
19.- Procura buscar amigos que sepan más que tú y de los que puedas aprender. No te juntes con los sin futuro o sin ganas de trabajar. Nunca te harán ningún bien. Ayúdalos, siempre que puedas y siempre que te necesiten, pero no intimes con ellos ni los frecuentes.
20.- Todo el tiempo que se pasa en un bar es un tiempo, no sólo
perdido, sino negativo.
21.- Haz deporte, el que sea: Footing, tenis, natación, gimnasia, pingpong, etc. Te hará mucho más bien que cualquier otro modo de utilizar tu tiempo libre.
22.- Escucha música sinfónica de vez en cuando, aunque sería
preferible que lo hicieses todos los días. Te hará bien. Y huye de la música rock, pop y similares. Es nefasta para la estabilidad, la elevación y el equilibrio.
23.- Nunca hagas algo sólo porque otro u otros los hagan. Ten
siempre tu propia opinión y atente a ella.
24.- No vivas reaccionando simplemente a lo que ocurre en tu
entorno. Que las causas de tus pensamientos, de tus palabras y de tus obras sean internas; que sepas por qué y para qué piensas, dices o haces lo que piensas, dices o haces, y que, además, sepas que es bueno.
25.- Ten en cuenta que tu pensamiento es creador, es decir, que si
piensas algo y lo deseas insistentemente, se realizará; por eso, procura desterrar siempre los pensamientos negativos y sustituirlos por sus opuestos.
26.- Todas las cosas tienen su lado bueno. Búscalo.
27.- Fíjate metas en la vida. Pero metas accesibles. A medida que las vayas alcanzando, desarrollarás confianza en ti mismo y podrás fijarte otras más ambiciosas. De todos modos, allá, en el fondo de tu corazón, ten siempre al alcance de tu pensamiento, la ilusión de una vida plena, positiva y feliz; y enfoca todas las metas como escalones que te lleven a ella.
28.- Tú sabes que, aunque estemos lejos, nuestras almas y nuestros
pensamientos estarán en contacto. Por tanto, no te sientas nunca solo ni abandonado. Tu madre y yo estaremos siempre contigo. Somos tus padres.
29.- Reza todos los días. Acostúmbrate a ello. Rézale a tu Dios
interno. Pero no para pedirle cosas para ti, sino para asegurarte de que está allí dentro, de que está siempre contigo, de que te acompaña y te escucha y te inspira siempre.
30.- Prepárate en todo momento para tu futuro. El futuro llega
siempre. Y llegará un día en que formarás una familia y serás responsable de ella. Prepárate, pues, ahora, conscientemente, para entonces y no confíes en improvisar y acertar, porque eso no funciona.
31.- No te consideres nunca inferior a nadie. Tú tienes a Dios
contigo, tú eres Dios y, por tanto, no te sientas nunca humillado ni menos importante. Si está Dios contigo, ¿qué te puede faltar?
32.- Cuando tengas un momento bajo, recurre a tu Dios interno;
aprieta los dientes, arremángate y lucha. Nadie es superior a ti, si tienes confianza en el éxito y luchas por él. Siempre que tus fines sean constructivos.
33.- Viste siempre lo mejor que puedas. Observa que los que visten
bien, siempre producen mejor impresión que los desaliñados. Por tanto, para ser bien acogido, viste siempre bien. No hablo de marcas comerciales, que no son necesarias, sino de ir limpio, presentable, agradable a la vista, afeitado, peinado... en una palabra: Bien.
34.- No te dejes llevar nunca por la víscera, por el mal genio, por el
orgullo. Luego te arrepentirías y sería más violento aún. Si te dejas llevar por las emociones, dirás y harás cosas que de verdad no querías decir ni hacer y, como al mismo tiempo las piensas y el pensamiento es creador, no te imaginas el mal que puedes hacer a los demás y, fundamentalmente, a ti mismo.
35.- Es mejor siempre callar y respirar hondo, que explotar. Tenlo
presente y evitarás muchas situaciones desagradables.
36.- Dedica un rato cada día a meditar. Relájate y piensa. No dejes
nunca que la mente piense por ti o piense sola; que piense lo que tú
quieras. La mente es como un caballo salvaje y, si la dejas suelta, pensará y pensará, sin ningún fin determinado y sin ninguna utilidad; en cambio, si la sujetas y la usas para que piense sobre el asunto que tú quieras meditar y sólo ése, sin salirse de él, llegarás a dominarla; y la mente es un instrumento maravilloso y potentísimo cuando se la domina. Medita, pues, para pensar sobre los problemas que se te presenten, sobre ti, sobre tu Dios interno, sobre la vida, etc. Pero siempre dirigiendo y controlando tú a la mente, y no al revés.
Tras todo esto, quiero desearte lo mejor. Tu madre y yo viviremos
cada día de tu experiencia como si fuera nuestra. Te queremos, no lo olvides.
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