lunes, 6 de enero de 2014

EL PERDÓN. QUÉ ES Y CÓMO FUNCIONA / Boletín Nº 40 - Sede Madrid - 3er.Trimestre 2001




EL PERDÓN. QUÉ ES Y CÓMO FUNCIONA
por Francisco-Manuel Nácher

1.- ¿Qué es perdonar?
Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua: 
Perdonar es, entre otras cosas:
a.- Remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra cosa el 
perjudicado por ello.

b.- Exceptuar a uno de lo que comúnmente se hace con 
todos o eximirlo de la obligación que tiene.

c.- Renunciar a un derecho, goce o disfrute.

Está claro que, como hoy nos vamos a referir al aspecto 
moral de la acción de perdonar, nuestra definición es la primera: 
“Remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra cosa el 
perjudicado por ello.”
Y, en base a esa definición, el diccionario llama “perdón” a:

a.- La acción de perdonar.

b.- La remisión de la pena merecida, de la ofensa 
recibida o de alguna deuda u obligación pendiente.

c.- Indulgencia, remisión de los pecados.
Si descomponemos la palabra perdón en sus partes 
integrantes, nos encontraremos con que:
el prefijo “per” significa “máximo”, “superior”, y 
el sustantivo “don” significa “regalo”.

Así que, etimológicamente, al perdonar, hacemos un 
gran regalo, tanto al otro como a nosotros mismos. Y resto nos 
indica que los antiguos ya tenían bastante claro el tema del 
perdón.

2.- Los grandes pensadores, como es lógico, se han 
pronunciado sobre el perdón, enfocándolo desde distintos 
ángulos. Vamos a reproducir algunos de sus conceptos:

“Un hombre bueno no sólo debe perdonar, sino 
también desear el bien a su enemigo, de igual manera que el 
árbol del sándalo, una vez abatido, baña con su perfume el hierro 
que lo hirió.” (Ania, antiguo libro indio).
“Perdonar a nuestros enemigos constituye una 
bellísima manera de vengarnos, a la vez que un rápido triunfo,
conquistado sin apelar a la violencia.” (T Browne, Christian 
morals).
“Es cosa corriente que quienes se perdonan 
demasiado a sí mismos son más rigurosos con los demás.” (San 
Francisco de Sales, Introduction à la vie dévote).
“Los beneficios deben escribirse en bronce y las 
injurias en el aire.” (Galileo Galilei, Opere, IX, 198).
“No osamos volver a ofender más a quienes perdonan 
siempre.” (D’Houdetot Dix épines pour une fleur).
“La indulgencia es una parte de la justicia.· (J. 
Joubert, Pensées).
“Sus muchos pecados son perdonados porque amó 
mucho.” (San Lucas, Evangelio 7:47).
“El perdón nace del alma generosa.” (Maquiavelo, 
Pensieri XI, 7).
“El perdón nos sitúa por encima de los que nos 
insultan.” (Napoleón, Pensées).
“El ofendido perdona, pero nunca lo hace el ofensor.” (F. 
Pananti, Avventure e osservazioni, II).
“Perdonando una ofensa se puede convertir en amigo 
a un enemigo y, a un perverso, reducirlo a un hombre de nobles 
sentimientos. ¡Cuán consolador y hermoso es este triunfo y 
cuánto supera en grandeza a todas las horribles victorias de la 
venganza!” (Silvio Pellico, Doveri degli uomini, XIII).
“Es humano equivocarse, pero también es humano 
perdonar.” (Plauto, Mercator II, 2, 43).
“Perdona a quien da un paso en falso. Piensa que 
también tú tienes pies y puedes tropezar.”(Rückert, Weisheit des 
Brahmanen, 24).
“Perdona siempre a los demás, pero no a ti mismo.” 
(Séneca, De moribus).
“Solamente los espíritus valerosos saben la manera de 
perdonar. Un ser vil no perdona nunca. No está en su 
naturaleza.” (Sterne, Sermons, 12).
“Dios ama a tres clases de hombres: al que no se 
enoja, al que no renuncia a su libertad y al que no guarda 
rencor.” (Talmud, Pesachim, 113).
“El que se venga después de la victoria es indigno de
vencer.”(Voltaire, Saul, 1,2).
“El necio aplica todas sus energías a la venganza; el 
perdón es la venganza de la sabiduría.” (Ch. Wernicke, 
Überschriften).

3.- El refranero ha sido también pródigo en adagios sobre 
el perdón, aunque, como todos sabemos, matizados siempre con 
la sorna y la ironía que los caracteriza. He aquí algunos ejemplos:
- Paga el tiro con el tiro y el palo con el palo.
- Perdonar al malo es dar al bueno un palo.
- Porque un borrico te dé una coz, ¿vas tú a darle dos?
- El perdón sobra donde el yerro falta.

4.- También yo he plasmado por escrito numerosos 
pensamientos sobre el perdón, de los que valdría la pena 
rememorar algunos:
- Cuando perdonas un daño, tu vida se alarga un año.
- Si no perdonas es que no has entendido nada.
- El perdón nos enriquece por dentro y por fuera.
- Confía en los hombres que saben perdonar.
- El vengativo está a años luz del amor y, por tanto, 
de Dios.
- El que perdona es que ama. Y, si ama, merece ser 
amado.
- ¿Es que tú no te equivocas nunca?
- Véngate no vengándote.
- Si quieres estar sano, perdona a los demás.
- El perdón extrae la desazón del plexo solar y la 
deposita en el corazón convertida en paz.
- El perdón no es cosa de la cabeza, sino del corazón.

5.- Con esto tenemos ya una idea, por lo menos gramatical, 
literaria y consuetudinaria, de lo que es el perdón. Pero nosotros, 
como estudiosos de la parte oculta de la religión cristiana y como 
filósofos, no nos podemos quedar ahí. Hemos de seguir 
profundizando para alcanzar un concepto más exacto porque, sólo 
si se tienen las ideas claras se pueden luego utilizar 
correctamente.
Y, como he dicho, nos queremos centrar en el aspecto ético 
o moral del perdón.
Vamos, pues, a pensar o, mejor dicho, a filosofar:
Tras ver lo que se entiende por perdón, la primera 
pregunta que se nos ocurre es ésta:

6.- ¿Qué presupone el perdón? A poco que reflexionemos, 
descubriremos que hacen falta cuatro elementos indispensables: 
La ofensa, el ofendido, el ofensor y la intención de éste.
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pueden seguir leyendo desde aquí, gracias.

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Boletín Nº 40 - Tercer Trimestre 2001 - Sede Madrid 



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fraternalmente, Edgardo Ceol

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