EL SUEÑO
por Francisco-Manuel Nácher
- ¿Qué es el sueño en realidad?
- El sueño es la pérdida de conciencia por la salida del cuerpo físico, de los vehículos superiores del hombre.
¿Y por qué esos vehículos superiores han de abandonar el cuerpo
físico?
- Para hacer posible su restauración.
- No lo entiendo.
- Lo entenderás enseguida: Durante el día, en estado de vigilia, el
cuerpo físico está en funcionamiento permanente: El cerebro, el corazón, los pulmones, los nervios, las venas y arterias, el hígado, los intestinos, la sangre, la piel... Todo ese trabajo, por un lado desgasta energía y, por otro, crea toxinas, desperdicios, materias de desecho que interfieren y llegan a hacer imposibles los procesos vitales. Y hay otra cosa, menos conocida, que es la verdadera última responsable del sueño.
- ¿Cuál?
- Que el hombre no sólo asimila alimentos materiales. Necesita
además otros nutrientes.
- ¿Cómo es posible? Eso es completamente nuevo.
- No para quienes han estudiado los planos superiores.
- ¿Y qué necesita?
- Necesita especializar y hacer circular por el cuerpo etérico la
energía solar, la misma que las plantas asimilan mediante la fotosíntesis.
- ¿Y qué órgano es el que realiza ese trabajo?
- El bazo etérico.
- No me digas. ¿El bazo especializa la energía solar?
- Como lo oyes. Y es tan fundamental para la vida que, curiosamente, así como si se amputa cualquier extremidad o se extirpa cualquier órgano, su contraparte etérica desaparece también, el único órgano que, aunque se extirpe en el cuerpo físico sigue existiendo y funcionando en el cuerpo etérico es el bazo. Esa energía solar, especializada por el bazo es la que, podría decirse, nos da la vida, circula por los nervios y pasa de un vehículo
a otro, alimentándolos todos, resultando perfectamente visible para quienes poseen la visión etérica que, por cierto, cada vez son más.
- Esto es asombroso.
- ¿Por qué? ¿No sabías que la vida nos viene a todos los seres
vivientes del sol? ¿Cuánto piensas que duraría la vida sobre la tierra si el sol se apagase?
- Sí, es cierto, desaparecería la vida rápidamente.
- Bien. Pues a lo largo del día, lo mismo que se van produciendo
toxinas físicas, se producen también toxinas etéricas que van obturando el bazo etérico. Hasta que llega un momento en que se ve obligado a ralentizar su funcionamiento; el cuerpo físico, falto de vitalidad, se siente cansado y ya no piensa con claridad, se mueve con lentitud y descoordinado, le invade la somnolencia... hasta que, por decirlo así, se para. Ese paro supone la salida de los vehículos superiores, la pérdida de consciencia y, por tanto, el comienzo del sueño.
- Pero ¿qué ocurre para que se pare? ¿Se muere cada noche el cuerpo físico?
- No. No se muere, pero casi. Hasta el punto de que al sueño se le
denomina la "pequeña muerte".
- ¿Qué ocurre, pues?
- Ocurre que el Ego, el Yo Superior, con sus vehículos mental y de
deseos que, durante la vigilia, han estado compenetrando el cuerpo etérico y el cuerpo físico y ayudando a éste a funcionar, salen de él y, lógicamente, el cuerpo físico, sin sus vehículos superiores, es un cuerpo muerto.
- ¿Muerto?
- No del todo, como he dicho antes. Lo sería si la salida de los
vehículos fuera total y se hubiera roto el Cordón de Plata. Entonces se convertiría en una estatua de materias minerales, que empezaría a descomponerse por haberla abandonado la vida, es decir, sus vehículos superiores. Pero durante el sueño no todos esos vehículos lo abandonan.
Los dos éteres inferiores del cuerpo vital o etérico quedan
interpenetrándolo, lo que permite que continúen las funciones vegetativas sin producirse la muerte.
- ¿Qué quiere decir eso de que parte del cuerpo vital se queda?
- Verás: El cuerpo vital es una reproducción exacta, átomo por
átomo, del cuerpo físico (esto es sólo una forma de hablar porque, la realidad es que el cuerpo físico está hecho siguiendo el molde etérico), con dos solas diferencias que luego expondré, si lo deseas, y que está compuesto por cuatro éteres de distinta densidad y que se llaman, respectivamente, éter químico el más denso o inferior, éter de vida o vital el segundo, éter de luz o luminoso el tercero y éter reflector el menos denso o superior.
- ¿Qué son, como cuatro capas?
- Si, más o menos. Lo explicaré con detalle: El mundo físico, como
todos sabemos, está compuesto de sólidos, líquidos y gases.
- Sí, eso ya lo conocemos.
- Pero, además, el mundo físico tiene otro componente, con cuatro
densidades distintas y que se llama éter. El éter pertenece al mundo físico aunque los medios de la actual tecnología no lo puedan detectar por no ser lo suficientemente sensibles; y tiene por misión, entre otras, hacer posible el paso, a su través, desde los planos superiores, de la energía que llamamos vida, además de mantener las moléculas del cuerpo físico en su sitio, de facilitar la cicatrización de las heridas reproduciendo el estado
anterior, el crecimiento, la reproducción, los sentidos, la especialización de la energía solar, la transmisión de la luz, de la electricidad, etc.
- Pero ¿cómo se sabe que existen los éteres si no se les puede detectar mediante medios técnicos?
- Te diré que la electricidad, el magnetismo y el electromagnetismo,
la gravedad, las ondas cerebrales, la atracción química de determinadas sustancias, las corrientes nerviosas, etc., se sabe que existen y hasta se manejan, pero no se sabe qué son. Y ello es porque pertenecen al mundo de los éteres. Y te diré también, para que lo tengas presente siempre que, cuando yo o cualquier otro te diga algo que te parezca falto de pruebas, si quieres seguir conociendo e investigando el tema, admítelo como posible,
como hipótesis. Si luego resulta que esa hipótesis da respuesta y
explicación a las incógnitas planteadas, no sería lógico desecharla hasta que tengas mejor explicación. Y, cuando llegue el momento en que puedas comprobarlo personalmente, la hipótesis se habrá convertido en tesis. En el fondo ¿qué hace el álgebra para resolver problemas? Exactamente lo mismo: Da por resuelto el problema llamando "x" a la solución y actúa en todo momento como si fuera un dato conocido para, al final, descubrir su verdadero valor.
- De acuerdo. Y ¿qué hacen esos cuatro éteres?
- Ten en cuenta, primero, que esos cuatro éteres, cada uno de ellos de distinta densidad, se interpenetran unos a otros, y todos ellos interpenetran a los sólidos, a los líquidos y a los gases del cuerpo físico y de la tierra toda, pero ocupando todos el mismo espacio de modo que, en un punto determinado se encuentra el átomo físico y el átomo de cada uno de los cuatro éteres y, aún en planos superiores, el mismo átomo del mundo del deseo, con sus siete densidades distintas, y el átomo del mundo mental o del pensamiento, con sus otras tantas densidades. Siempre ocupando el
mismo espacio y, por tanto, siempre interpenetrándose y siempre en
estrechísima comunicación.
- Comprendo.
- En cuanto a la misión de cada éter, eso sí que te va a aclarar alguna idea.
- Vamos a ver.
- Antes que nada te diré que cada éter actúa a través de un polo
positivo y otro negativo, es decir, que está compuesto de dos polaridades, dos clases de fuerzas. Dicho esto vamos a dar algún detalle sobre sus funciones.
Las fuerzas del lado positivo del éter químico hacen posible la
asimilación, es decir, la conversión de sustancias extrañas en sustancia propia, lo cual es condición necesaria para el crecimiento. Y las del lado negativo dan lugar a la excreción, es decir, el proceso inverso, y según el cual, sustancias de nuestro cuerpo o excedentes de alimentos, son expulsadas y pasan a formar parte del mundo exterior. Ambos procesos son independientes de nuestra voluntad y actúan de modo selectivo e inteligente.
- Es maravilloso
- Lo es, como todo lo que sigue. Verás: Así como el éter químico
tiene por finalidad el mantenimiento de la forma individual, el éter de vida o vital tiene por misión la perpetuación de la especie. Sus fuerzas positivas son las que actúan en la hembra durante la gestación, capacitándola para crear en su seno un nuevo ser. Y sus fuerzas negativas hacen posible que el macho produzca el necesario semen. En el momento de la fecundación del óvulo por el espermatozoide, las fuerzas positivas dan lugar a hombres,
animales o plantas macho, mientras las que actúan a través del polo
negativo del éter, producen seres hembra.
- ¡Qué sencillo resulta!
- Las fuerzas que actúan a través del polo positivo del éter luminoso
o éter de luz son las que generan el calor de la sangre, que convierte al hombre y a los animales superiores en fuentes individuales de calor.
Mientras que sus fuerzas negativas hacen posibles las funciones pasivas de la visión, oído, olfato, gusto y tacto; y, concretamente, son las que construyen y nutren los ojos. En los animales de sangre fría, las fuerzas positivas son las que hacen posible la circulación de la sangre y las negativas, como antes, construyen y conservan el ojo. Pero si no existe ojo, se dedican a hacer posible cualquier otro modo de percepción sensorial. En las plantas, las fuerzas positivas hacen circular la savia. Por eso en invierno, cuando la luz solar es más débil, la savia casi no fluye y, cuando llega la primavera y el verano, vuelve a fluir al recibir este éter mayor cantidad de energía solar. Las fuerzas del polo negativo, por su parte, depositan la clorofila y hacen posible la plasmación de los colores de las
flores. Por eso los animales tienen el color más acentuado en el dorso y las plantas y flores en la cara que mira al sol. Y, en los lugares en que la luz del sol es poca, los colores se atenúan y hasta desaparecen, volviéndose los animales blancos.
- Se comprende claramente todo.
- Y llegamos al éter reflector que es un éter muy especial.
- ¿Por qué?
- Porque constituye lo que se llama la "memoria de la naturaleza".
- ¿Y eso qué quiere decir?
- Pues quiere decir lo que dice: Que el éter reflector es el depósito en el que se almacena todo cuanto ocurre. Todo acontecimiento, pues, deja su huella en el éter reflector y a él puede acudir cualquier clarividente capaz para recuperarlo.
- ¿Entonces, es así como se realizan las investigaciones esotéricas?
- En parte, sí. Pero hay otro plano, superior, que es la Región del
Pensamiento Concreto del Mundo del Pensamiento, en el que se conserva todo de modo más exacto. Y aún existe el Mundo del Espíritu de Vida, en el cual, quien es capaz de llegar a él, lo ve todo ya de modo perfecto.
- ¿Es que no es exacto lo que recoge el éter reflector?
- Sí, por supuesto. Pero las imágenes de lo que aquí sucede no
permanecen en él eternamente, sino durante algunos años o siglos, según su intensidad. Y, por otra parte, sus imágenes son propensas a distorsiones y deformaciones, lo cual da lugar a falsas interpretaciones por parte de los clarividentes que lo consultan. En él leen generalmente los psicómetras y los mediums, porque no han desarrollado más sus poderes de clarividencia.
Y por eso sus afirmaciones resultan con mucha frecuencia inexactas, contradictorias o totalmente erróneas. El verdadero clarividente o investigador consulta el cuarto plano del Mundo del Pensamiento, como he dicho antes. El éter reflector, además, es el agente a través del cual el pensamiento, proveniente de la mente, impresiona el cerebro.
- Estoy anonadado.
- Pues aún te voy a decir algo relativo a los dos últimos éteres.
¿Qué?
- Que el éter de luz y el éter reflector - y ya habrás llegado a la
conclusión de que se llama así porque contiene reflejado lo que se guarda en la verdadera "memoria de la naturaleza", en el mundo mental - constituyen juntos lo que se denomina en términos ocultos el "cuerpo del alma" que, por cierto, cita San Pablo en uno de sus escritos.
- ¿Y eso qué es?
- Verás: Cuando una persona ha alcanzado, mediante el servicio
altruísta a los demás, la concentración y la oración (que son los únicos medios de conseguirlo), acumular grandes cantidades de ambos éteres, se produce una separación entre los dos inferiores, el químico y el vital, y los dos superiores.
- ¿Y eso qué consecuencia tiene?
- Muy importante. Como te he dicho antes, al producirse el sueño, es decir, el paro del bazo etérico en la especialización de la energía solar y el embotamiento del cuerpo físico, el espíritu se ve obligado a abandonar el cuerpo físico y, junto con el cuerpo mental, el cuerpo astral o de deseos y los dos éteres superiores del cuerpo vital, se dirigen al mundo del deseo.
En él, y mediante un auténtico "baño" en las corrientes de infinita armonía que a través de ellos fluyen, todos esos vehículos, mental, astral y etérico superior se recuperan, transmitiendo luego, mediante el "cordón de plata", que une a todos los vehículos, esa corriente renovadora a los dos éteres inferiores del cuerpo vital y al cuerpo físico. Eso es lo que hace posible que nos despertemos descansados y renovados en todos los sentidos.
- ¿Así que aquí se queda el cuerpo físico con los dos éteres
inferiores?
- Exacto.
- ¿Y qué es eso del cordón de plata de que has hablado ya antes?
- Bueno, ese es otro tema muy interesante que podría ser objeto de
otra charla. De momento te diré que es un cordón o una especie de tubo pulsante y elástico hasta prácticamente el infinito, que mantiene unidos a todos los vehículos y hace posible el paso de energía de los superiores a los inferiores y la comunicación instantánea.
- ¿Los une a todos? Pero, ¿cómo?
- Nace en el extremo inferior del corazón físico, en la punta del
ventrículo izquierdo y va hasta el plexo solar del cuerpo vital, donde se une al cuerpo etérico; de allí va al hígado astral, y desde éste al seno frontal del cuerpo mental. En cada uno de estos puntos se encuentra el átomo simiente de cada uno de los vehículos, es decir, los únicos átomos que conservamos a lo largo de toda la evolución y que contienen la memoria de todas nuestras vivencias y adquisiciones durante ella, y hacen posible que, en cada renacimiento, nazcamos con las características que
hayamos alcanzado hasta entonces por nuestro propio esfuerzo. Cuando el cordón de plata se rompe, y lo hace precisamente en el punto citado del corazón físico, se produce lo que llamamos la muerte, de modo irremisible.
- ¿Qué quieres decir con "irremisible"?
- Que, una vez roto el cordón de plata, no hay posibilidad de vuelta a la vida para el cuerpo físico.
- ¿Ni siquiera mediante un milagro?
- Ni siquiera mediante un milagro. Ten en cuenta que lo que
llamamos milagro no lo es para el que lo hace y que el que lo hace sólo maneja leyes naturales. Pero todo tiene un límite. Se puede "resucitar muertos" hasta que ese punto del cordón de plata se rompe, lo que suele ocurrir entre unas horas y tres días y medio después de producirse lo que la medicina llama la muerte clínica.
¿Entonces las resurrecciones del evangelio y de los santos?
- Todas realizadas antes de los tres días y medio tras la muerte.
- Me gustaría que me ampliases todo esto con detalle.
- Lo haré con gusto, pero en otra ocasión, pues nos estamos
separando demasiado del tema que nos ocupaba.
- Es verdad. Volvamos al sueño: ¿Cómo es posible que a veces nos
despertemos cansados si, como dices, los vehículos superiores se han llenado de energía?
- Porque el cuerpo de deseos no ha salido completamente del cuerpo denso y, lógicamente, no ha recibido en el mundo del deseo el baño recuperador. Y, por eso, por estar los ejes del cuerpo astral y físico no paralelos, se recuerdan mal los sueños o se transforman en pesadillas.
- Me gustaría que me dijeses las dos excepciones, a que has aludido
antes, y que hacen que el cuerpo vital no sea exactamente como el físico.
- Ah, sí. Esas dos diferencias son: Que el cuerpo vital, además de
interpenetrar como hemos dicho, al cuerpo físico, sobresale de él unos ocho o diez centímetros; y que el cuerpo vital del hombre es femenino mientras que el de la mujer es masculino.
- ¡Qué curioso!
- Y eso hace que la mujer sea más resistente que el hombre y que
fabrique más fluidos y se vea obligada a expulsarlos mediante la
menstruación y las lágrimas, a las que son más proclives que los hombres; y hace que las mujeres sean más intuitivas, porque poseen más éter reflector, que no es sino un reflejo del Mundo del Espíritu de Vida, el mundo de la intuición, del conocimiento directo. ¿Comprendes ahora, pues, por qué se llama al sueño la "pequeña muerte"?
- Sí, lo comprendo. En realidad no hay tanta diferencia.
- Solamente que en la muerte se rompe el cordón de plata y, por
tanto, no se reaniman los vehículos etérico y físico.
- ¿Y qué hay de esa separación de los dos éteres superiores de los
inferiores?
- Esos dos éteres superiores, tras la muerte, nos acompañan hasta
llegar al tercer cielo. Y, durante la vida terrena, sirven de vehículo para trasladarse por los mundos superiores.
- ¿Cómo, cómo?
- Durante el sueño, la mayor parte de los hombres experimentan el
proceso de que te he hablado. Pero los más evolucionados, los que ya han visto claro y están desarrollando esos dos éteres a través del altruísmo y el servicio amoroso al prójimo, mientras el cuerpo físico duerme, viajan en ese vehículo de éteres y actúan como "auxiliares invisibles".
- ¿Y qué hacen?
- Mil cosas. Son los que evitan accidentes, los que hacen que alguien se salve milagrosamente, los que producen esas casualidades que evitan desgracias, los que sugieren ideas positivas, los que acuden allá donde sus servicios son requeridos por cualquier ser humano. Y, en épocas de guerra, realizan también un trabajo asombroso.
- ¿Cuál?
- Pues verás: Cuando uno muere en el campo de batalla o como
consecuencia de violencias o cataclismos que destrozan el cuerpo físico o sus miembros, pasa al mundo del deseo, desde donde ve su cuerpo físico mutilado y cree, por tanto, que allí también lo ha de estar y que ha sentir dolor por ello y, debido a esa creencia, está uno mutilado y siente grandes dolores... Hasta que un auxiliar invisible le explica que su cuerpo físico está muerto, en efecto, pero que por eso mismo, si quiere, con sólo desearlo, su cuerpo de deseos o astral, en el que entonces tiene centrada su conciencia, recobrará la forma que tenía el cuerpo físico, sin herida de
ninguna clase e, igualmente, con sólo desearlo, el dolor desaparecerá. Con ello se evitan muchos sufrimientos innecesarios a las víctimas de las guerras y las catástrofes.
- ¿Y por qué con sólo desearlo ocurre todo eso?
- Porque la materia del mundo del deseo es muy fluída y obedece
instantáneamente a la voluntad humana, acomodándose totalmente a ella, mientras actúe. A diferencia de la materia física, que requiere la acción física para organizarse según nuestros deseos, dando así lugar a todo lo que el hombre continuamente construye o fabrica.
- Es impresionante.
- Sí. Lo es. Y ya va siendo hora de que esto se conozca. Y con ello
daremos por terminada esta charla que se ha extendido más de lo previsto, aunque este tema podría dar lugar a muchas más.
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