domingo, 9 de septiembre de 2018

CÓMO CREAR - Francisco Manuel Nácher López -

Querid@ amig@, herman@:
Todos sabemos que estamos viviendo una época de cambios, de sorpresas, de ilusiones, de sueños, de logros, de proyectos, de alegrías, de esperanzas, de certezas…

Cada uno somos un mundo, una parte de Dios pero, especialmente nuestra y, sin embargo, formando parte del total, un total grande, inmenso, que lo barca todo…

Y, en ese descubrir, cada día, un trecho más del camino, de nuestro camino, - que no existía y que vamos creando poco a poco, y que nos convierte, a la vez, en espectadores de los caminos ajenos y en protagonista, intérprete y crítico del nuestro - hallamos tesoros, que nos llenan de luz y de gratitud y nos inclinan a compartirlos.

Y, aquí va mi último tesoro. Léelo varias veces, siéntelo intensamente, porque es pura lógica espiritual… y humana, y disfrútalo. Y sonríe. Y, luego, a partir de él, sigue tu recorrido vital. Y…

¡Feliz viaje, amig@, herman@!



2018 08 23 
- CÓMO CREAR -
Francisco Manuel Nácher López 
(Para repetirlo diariamente, mañana y noche, con pleno convencimiento de su realidad) 

Soy una parte de Dios, 
de la gran Fuente Creadora, 
y soy, por tanto, inmortal 
y nací magnificente 
eterno, lleno de Luz, 
y no me puedo asustar 
ni sentirme preocupado 
ni ansioso ni lastimado 
por vejez o enfermedad, 
ni por carencia de medios 
o de amor del de verdad, 
porque soy invulnerable, 
inmortal, inatacable, 
y todo vitalidad. 

He venido a iluminar 
al planeta y a los hombres, 
a despertar el Amor, 
la Luz y la Compasión, 
las tres energías de Dios, 
que todos llevamos dentro 
víctimas de un gran sopor, 
y hacer un mundo feliz 
desterrando, así, el dolor. 

Y mi vida, aquí en la tierra, 
es sólo lo que yo quiero: 
una representación 
que interpreta el personaje, 
que yo encarno cada día 
y, en realidad, no soy yo, 
pues es una creación mía 
con la que siempre convivo 
y, así, jugamos los dos. 

Como Dios, lo tengo todo 
y no necesito nada 
y, por eso, nada creo, 
pues que todo lo poseo, 
y no puedo desear 
nada, nada, en el futuro, 
porque el futuro no existe, 
ni en él se puede crear. 

Y, cuando mi personaje 
necesita alguna cosa, 
un suceso o cantidad, 
simplemente, lo utilizo, 
porque todo en mí ya está. 

A ese usar lo que ya es mío, 
la humanidad, ignorante, 
lo denomina “crear” 
y, además, espera verlo 
en un futuro ideal, 
y, ¡claro! no se realiza, 
porque todo existe ya, 
pero siempre en el presente, 
que es donde está de verdad 
y que, también, bien mirado, 
puesto que el tiempo no existe, 
es toda la eternidad. 

El hombre ha de recordar 
que es Dios y lo tiene todo, 
que no debe de “crear” 
ni pensar en el futuro, 
sino tan sólo “elegir”, 
lo que quiere utilizar 
del plano en el que se encuentre, 
disfrutándolo aquí ya, 
y lo elegido, obediente, 
en este plano inferior, 
se materializará. 

* * *