domingo, 15 de noviembre de 2015

¿Para quién comemos?


¿PARA QUIÉN COMEMOS? 
por Francisco-Manuel Nácher

        Si todo lo que comemos es, exclusivamente, para alimentar las células que componen nuestro cuerpo físico y no a nosotros mismos, ¿cómo justificar el que un alimento o sustancia nos guste más o menos que otro y, sobre todo, que nos apetezca algo que sabemos va a perjudicar a nuestras células? Sólo se puede explicar si se admite que, una cosa son las necesidades y las apetencias o gustos de nuestras células y otra, muy distinta, los gustos y apetencias o incluso vicios, de nuestro cuerpo de deseos, que acaba, generalmente, imponiéndose al interés y a la voluntad de las primeras, incluso en su perjuicio que, indirectamente, repercutirá en perjuicio del propio cuerpo de deseos, al enfermar o morir su soporte, el cuerpo físico.

 * * *

No hay comentarios:

Publicar un comentario