viernes, 11 de diciembre de 2015

Filosofía de la vida



FILOSOFÍA DE LA VIDA 
Conferencia introductoria para un curso, 
a los presos de Madrid, sobre las Enseñanzas de la Sabiduría Occidental 
(por Francisco-Manuel Nácher)

   El título de este curso, "Filosofía de la Vida", podría haber sido cualquier otro. Es lo de menos. Éste tiene, por lo menos, la particularidad de que los que lo sigan, podrán decir que han "estudiado Filosofía". Y será verdad. Porque mi idea, mi proyecto es convertiros a todos en filósofos. No sé si sabéis que la Filosofía es la madre de todas las ciencias y de todos los conocimientos de la Humanidad. De ella han salido todas asignaturas. Hay otros dos aspectos del hombre, que son el Arte y la Religión. Pero estos dos últimos no los vamos a tocar. En todo caso, al final del curso. Ya será bastante el aprender a filosofar que, en el fondo, no es más que aprender a pensar Y, por tanto, a vivir. Pero a vivir correctamente.  

        Lo que el hombre ha hecho desde que es hombre, es decir, desde que tuvo la posibilidad de pensar, a diferencia de los animales, y se dio cuenta de que pensaba, ha sido eso: pensar. Y, gracias a que el hombre ha seguido pensando, la Humanidad ha ido aprendiendo cosas y descubriendo cosas e inventando cosas. No todos los hombres, claro, no todos los hombres han pensado con la misma intensidad ni con la misma profundidad ni con el mismo éxito; no todos han sido pensadores ni descubridores ni inventores, sino que eso lo han hecho sólo algunos, y esos pensamientos, esos descubrimientos y esas invenciones de unos pocos, luego, se han aprovechado por toda la Humanidad.

      Pero eso no quiere decir que los demás no hubieran podido hacerlo. De ninguna manera. Todos lo hubieran podido hacer. Lo que ocurrió, y sigue sucediendo, es que sólo unos pocos han podido, a lo largo de la Historia, aprender en cada época a pensar correcta y profundamente. Los demás han tenido y tienen que pensar sólo en cómo sobrevivir. Es decir: sólo los que han tenido asegurada la comida y, por tanto, la vida, han podido dedicarse a pensar, mientras los demás trabajaban. Claro que, luego, el fruto de sus pensamientos ha podido ser disfrutado por todos. Y ese ha sido el precio que han pagado por no trabajar manualmente mientras los otros lo hacían. Por otra parte, el premio de los que trabajaron han sido el poder disfrutar los efectos de los pensamientos de los que pensaban. Como veis, la naturaleza tiende siempre a nivelar, a unificar, a equilibrar, a aprovecharlo todo con el mínimo desgaste. En la naturaleza todo se unifica, porque la naturaleza es una: El sol sale para todos, y llueve para todos, y el aire es para todos y el mar y los amaneceres y las noches y la brisa... y los pensamientos y los descubrimientos y las invenciones y… hasta la vida. Todo es de todos y todos formamos parte de ese todo.

     Dicho esto, quisiera añadir que me gustaría crear con vosotros o, mejor dicho, que vosotros creaseis una sociedad perfecta. Digo esto porque estoy seguro de que todos coincidiréis conmigo en que la sociedad actual, tanto la de aquí dentro como la de puertas afuera, no es perfecta, ni mucho menos, y que podría ser mejor, mucho mejor. 

   Pues bien, ya que todos nosotros reunimos los requisitos necesarios para pertenecer al grupo de los elegidos, es decir, de los pensadores, puesto que no tenemos que trabajar para comer y puesto que todos tenemos cabeza y cerebro y podemos pensar, ¿por qué no nos convertimos en filósofos y pensamos, mientras el resto de la Humanidad trabaja para comer? 

   Vamos, pues, a convertirnos en filósofos. Vamos a poner en funcionamiento nuestra inteligencia, nuestra capacidad de observación, de razonar, de imaginar, de comparar, de argumentar, de distinguir, de deducir y de inducir, de analizar y sintetizar, de reflexionar y, luego, de todo eso, sacar conclusiones que nos convenzan de la certeza de nuestros hallazgos.

    Dicho así parece fácil. Pero no lo es. Por eso no ha habido demasiados pensadores a lo largo de los siglos. Pero nosotros lo vamos a hacer: Tenemos tiempo y tenemos cabeza y tenemos ganas de usarla. Así que vamos a ver qué sacamos de nuestras molleras y cómo asombramos con ello al resto de la Humanidad. Es sólo cuestión de que nos lo propongamos. Y sé que, en estos momentos ya lo estáis haciendo. Porque, sería estupendo que, de aquí, precisamente de aquí, donde se supone que estamos los malos, resultase que salen ideas que mejoran las de los buenos. 

    Tiene que ser, y eso quiero que lo tengáis claro, una labor de todos. Pero también de cada uno. Me explico: Aquí, en las clases y, por supuesto luego en las celdas, en el recreo o cuando os sea posible, deberéis comentar, discutir y contrastar vuestros puntos de vista. Pero cada uno de vosotros, solos con vuestro pensamiento, tendréis que reflexionar y sacar vuestras propias opiniones. 

   Sería muy conveniente que, los que pudieran, grabasen estas clases y luego las oyeran varias veces y las hicieran llegar a los compañeros. Estoy seguro de que, entre todos, vais a ser capaces de asombrar a todos con vuestros hallazgos y, lo que es más importante, vais a asombraros a  vosotros mismos de la cantidad de cosas que sabíais sin saber que las sabíais. 

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