CUERPO QUÍMICO O DENSO
El cuerpo químico ha de ser trabajado desde fuera antes de que sea capaz de beneficiar al Ego Interno. Los alimentos, los líquidos y el aire puros ayudan a purificarlo y hacen posible el usarlo como un instrumento eficiente en la acción y en la meditación. La libación, como ritual religioso limpiador, puede aún practicarse con moderación por los aspirantes espirituales modernos para limpiar el vehículo físico, tanto por fuera como por dentro. La buena calidad del aire junto con los sólidos químicos, los líquidos y los gases, completan nuestro trabajo de preparar el cuerpo desde fuera para la meditación.
El tener conciencia del propio cuerpo da comienzo al trabajo de dirigir los trabajos alquímicos que tienen lugar en su interior. Junto a la conciencia de la propia respiración, tal como se describe en nuestro anterior artículo, la conciencia sobre cómo relajarnos es una primera etapa importante. Tanto si estamos sentados como tumbados, existen dos elecciones generales posibles para relajarnos: Colapsar, agarrotar, contraer y cristalizar nuestro cuerpo, o expandirlo, extenderlo y liberarlo de obstrucciones. Si le permitimos agarrotarse, posiblemente nos dormiremos y perderemos oportunidades de visiones interiores meditativas. Si lo expandimos, estaremos dando un paso importante hacia el nacimiento de nuestra conciencia de que estamos envueltos en experiencias más allá del plano material.
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de: LA MEDITACIÓN. CONSEJOS PARA LA MISMA.
por John Hempstead
(de Rays from the Rose Cross de octubre de 1980, traducción de Francisco-Manuel
Nácher)
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