MEDITACIÓN PARA EL CUERPO QUÍMICO: CONCIENCIA DEL CUERPO
1.- Sentarse tranquila y confortablemente; respirar regularmente.
2.- Tender a que el cuerpo se expanda y relajar los músculos tensos.
3.- Doblar la cabeza hacia adelante, de modo que la sangre fluya hacia el lóbulo frontal, donde está localizada la capacidad humana de pensamiento (eso, por supuesto, cuando estemos sentados).
4.- Imaginar que la sangre fluye en su mayor parte hacia el hemisferio derecho del cerebro, que es el que canaliza las fuerzas creadoras y de imaginación.
5.- Imaginar que un canal despejado una la cabeza y el corazón, y sangre espiritualizada fluyendo por ese canal.
Esta meditación puede utilizarse durante varias sesiones para sensibilizar el cuerpo físico, con miras a futuras vivencias espirituales. Si aparecen espontáneamente imágenes o vivencias, deben explorarse, pero hay que volver a la conciencia del cuerpo antes de terminar la meditación.
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de: LA MEDITACIÓN. CONSEJOS PARA LA MISMA.
por John Hempstead
(de Rays from the Rose Cross de octubre de 1980, traducción de Francisco-Manuel
Nácher)
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