miércoles, 16 de noviembre de 2011

EL DESEO DE PERPETUACIÓN Y LOS HIJOS


EL DESEO DE PERPETUACIÓN Y LOS HIJOS
por Francisco-Manuel Nácher

Todos llevamos oculto, en lo más profundo de nuestro subconsciente, y muchas veces en nuestro consciente, el deseo de perpetuarnos de algún modo en este mundo, cuando ya no estemos en él. Y esa es la razón última de los héroes patrióticos y de las obras de todos los artistas de cualquier tipo y del deseo de tener hijos, sobre todo varones, dado el trasfondo machista de nuestra cultura, afortunadamente en franca retirada, que hace que el apellido, que parece resumir todas las esencias de la propia familia y hasta de uno mismo, no lo transmitan las hembras.

Porque uno, en realidad, considera al hijo como una prolongación de sí mismo, como patrimonio propio, como otra posibilidad de vivir una vida completa que corrija errores y sea perfecta desde nuestro punto de vista, claro. Y por eso se cree uno con derecho a definir, delimitar, estructurar y programar, más o menos ostensiblemente, pero sin excepciones, esa vida que se ha puesto en sus manos.

El problema surge cuando el hijo, que de todo eso no sabe nada y que viene dispuesto a vivir su vida de acuerdo con sus aptitudes y sus tendencias y su programa propio, se niega a ser una continuación del padre.

Ahí está, y no en ninguna otra parte, la causa del célebre problema generacional. Es nuestro error de padres. Claro que, con los años, esos hijos, cuando a su vez son padres, lo comprenden todo y hasta lo disculpan, porque a ellos les ocurre lo mismo con sus hijos.

* * *

No hay comentarios:

Publicar un comentario