miércoles, 1 de enero de 2014

EL POLÍTICO



EL POLÍTICO
por Francisco-Manuel Nácher

-¿Qué haces, amigo político?
- Estoy preparando un discurso.
- ¿Qué pretendes con él?
- Convencer a todos de que mi programa es mejor que el de mis 
oponentes.
- ¿Y por qué crees que tu programa es mejor que el suyo?
- Porque las ideas de mis oponentes son erróneas.
- ¿Tus oponentes tienen seguidores?
- Sí.
- Entonces, ¿cómo sabes que sus ideas son erróneas?
- Porque sus programas no satisfacen todas las necesidades que yo 
pienso que deben ser satisfechas.
- ¿Y el tuyo, sí?
- Sí.
- Y si, puesto en práctica, resulta que tampoco sirve, ¿qué harás?
- Lo reconoceré y me retiraré.
- ¿Y entonces lo intentará otro y luego otro y otro y otro?
. Sí.
- Y, entretanto, ¿qué ha de hacer el pueblo?
- (Silencio).
- ¿Tu programa se basa en el amor?
- Un programa de gobierno no se puede basar en el amor; ha de 
basarse en la justicia, en la mayor cantidad posible de justicia para el mayor número posible de ciudadanos.
- ¿Y qué es la justicia? ¿Es, acaso, imponer tus ideas a los demás? ¿O perseguir a los que no coincidan con ellas? ¿O es, una vez conquistado el poder, olvidarte del pueblo cuya representación te irrogas? ¿O es no tener 
en cuenta la enorme responsabilidad que echaste sobre tus hombros? ¿O deformar la verdad para conservar el poder? ¿O utilizarlo para evitar que otros puedan acceder a él aunque tengan el mismo derecho que tú tuviste? 
¿O calumniar y difamar a quien ostenta legítimamente el poder para provocar su caída y ocupar su puesto? ¿O mentir sistemáticamente o actuar hipócritamente o provocar, con afán vergonzosamente egoísta, el desprestigio de las instituciones? ¿O encubrir actuaciones ilícitas?. ¿O...

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