viernes, 5 de junio de 2015

Epigénesis y creatividad


EPIGÉNESIS Y CREATIVIDAD 
por Francisco-Manuel Nácher

   La epigénesis es creatividad. Y ésta es la búsqueda de nuevos enfoques, de nuevas ideas, de nuevos objetivos, de nuevas metas.         Hemos de adquirir, como hábito, el de la creatividad y, para ello, acostumbrarnos a no dar nada por sabido, a no considerar nada obvio, a rebuscar en todo pensamiento, en todo conocimiento, en toda práctica, para descubrir nuevos ángulos, nuevas perspectivas, nuevos puntos de vista, perlas escondidas que, siempre, una vez halladas y compartidas, resultan ser lógicas y comprensibles y apetecibles y hasta obvias, para quienes no fueron capaces de hacer el esfuerzo de su búsqueda. 
  La creatividad debe llegar a ser nuestra manera normal de empezar a pensar sobre cualquier tema. Pero, ¿cómo ejercitarla? Hay mil maneras, pues en cada caso varían las circunstancias. Pondré un ejemplo para su mejor comprensión: 
  Se nos dice que Jehová dio a Moisés las Tablas de la Ley, que contenían el conocido Decálogo. Bien. Se nos enseñó eso y la mayor parte nos quedamos ahí. Pero nosotros, estudiantes de ocultismo, no podemos, no debemos quedarnos ahí. ¿Y qué podemos hacer? Muchas cosas. Por ejemplo: preguntarnos: ¿Por qué en dos tablas y no en una? Y, ¿por qué precisamente diez mandamientos?
   A poco que pensemos, comprobaremos que los tres primeros mandamientos, los de la primera Tabla, se refieren a la relación entre Dios y el hombre y los otros siete (los de la segunda), a las relaciones entre los humanos. 
  ¿Y si seguimos preguntándonos? Veremos que los tres de la primera Tabla hacen referencia al hecho de que son tres las Personas de la Trinidad. Y los de la segunda, al de que el hombre es de constitución séptuple (cuerpo físico, etérico, de deseos, mental, Espíritu Humano, de Vida y Divino).
  Y, si seguimos en nuestro empeño, veremos que el diez es el número perfecto, el del equilibrio de las dos polaridades, el resultado y el resumen de los números inferiores y el origen de los superiores… Eso es epigénesis. Eso es creatividad. Y eso es lo que debemos acostumbrarnos a hacer de un modo instintivo, porque es la única vía para recorrer el Sendero con un mínimo de esfuerzo, obteniendo ininterrumpidamente ampliaciones de conciencia que nos permitirán un avance sistemático en la comprensión de nosotros mismos, de nuestro entorno y de la creación toda. 
  Max Heindel nos aconseja siempre que puede que usemos la mente, que aprendamos a utilizarla y a concentrarla. Y que la Verdad tiene infinitas facetas y, cuantas más dominemos, más fácil nos resultará el siguiente paso para conocerla mejor. 
   No ejercitamos la epigénesis, pues, porque no somos creativos. Y no somos creativos porque no utilizamos la creatividad, que es lo que nos hace pensar de modo diferente al generalmente aceptado, y no quedarnos en lo ya sabido y del modo sabido, y cuyos frutos son ya patentes, así como sus limitaciones. En resumen: nos olvidamos continuamente de que somos seres creadores, hechos a imagen y semejanza de nuestro Creador. 

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