jueves, 24 de noviembre de 2011

EL ADELANTO


EL ADELANTO
por Francisco-Manuel Nácher


Según la Ley Natural, lo que se adquiere espontáneamente o con gran
facilidad mientras se es joven, es luego una traba que impide que, al llegar
a edad adulta, se eleve uno por encima de ese nivel de juventud. En
cambio, el que de joven se tiene que esforzar y, además, aprende de los
otros, puede elevar sus conocimientos más allá que sus maestros.

Así ha ocurrido insistentemente con los “niños prodigio” que, en
términos generales, casi nunca han llegado a ser “hombres prodigio”.

Y ha sucedido con las civilizaciones: Han fecundado a un pueblo más
atrasado, pero que luego ha sido capaz de llevar los conocimientos
heredados más allá que sus propios creadores.

Y en el mundo de los descubrimientos científicos, donde cada uno se
ha basado en los conocimientos de sus antecesores y los ha desarrollado
hasta donde ellos no pudieron llegar.

Y, en la vida espiritual donde, de los grandes pecadores han salido
los más grandes santos. Porque los niños son inocentes, pero sólo los
adultos, que ya han vivido y han pecado y se han arrepentido y con ello
han aprendido, pueden llegar a ser sabios o, lo que es lo mismo, virtuosos.

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