lunes, 14 de noviembre de 2011

MEDITACIÓN



MEDITACIÓN

La meditación puede ser un medio para acelerar el desarrollo de la conciencia
pictórica jupiteriana. Siguiendo el sendero astrológico expuesto, la meditación
corresponde a los signos de Piscis y Acuario.

Como se ha dicho, Aries representa la primera fuerza del plano cósmico actual
y Piscis representa la última del plano cósmico inmediatamente superior. Del mismo
modo, la visualización de Aries representa el último nivel o nivel básico para
contactar el siguiente nivel de conciencia mediante la meditación.

Piscis, un signo jupiteriano, representa en la meditación, la recepción de la
conciencia pictórica jupiteriana, tal como lo describe Max Heindel. La conciencia
meditativa pictórica requiere el empleo de todas las habilidades adquiridas mediante
la concentración:

1.- Una memoria potente y precisa.

2.- Un cuerpo de deseos libre de tensiones y desligado de deseos naturales; y
una mente consciente relajada pero alerta y receptiva.

3.- Fuerza para enviar y recibir con claridad instrucciones internas.

4.- Capacidad de concentración sobre y de visualizar claramente imágenes
dinámicas.

En otras palabras, se necesita la capacidad de ver, oír, sentir, comprender y
recordar nuestras experiencias sensoriales internas.

Mediante la dinámica interacción entre nuestras percepciones visuales,
auditivas y/u otras, pensamientos forma y conciencia de las sensaciones, nos
armonizamos más con nuestro Yo espiritual. Si ponemos en práctica las visiones de
nuestras experiencias meditativas, viviremos nuestras vidas, día tras día,
inconmovibles a las llamadas inferiores de nuestro cuerpo de deseos y cada vez más
armonizados con el propósito divino de nuestro Yo Superior. Quizá el mejor modo de
estudiar la meditación consista en desarrollar un ejemplo.

Un ejemplo de meditación.

Como ejemplo de meditación pisceana, visualícese un cuerpo humano
inmenso, superpuesto al Tabernáculo del Desierto. Yace boca arriba, con sus pies
hacia el Este, a la entrada del Tabernáculo. La Sala Este del Tabernáculo incluye la
garganta, hombros, brazos y manos. La cabeza está orientada hacia el Oeste y se halla
totalmente en la Sala Oeste del Tabernáculo. El resto del cuerpo está en el patio, pero
dentro del recinto que forman las paredes exteriores.

Tras relajarnos y acallar los sentidos mediante la concentración, imaginémonos
a nosotros mismos acercándonos al Tabernáculo. Cuando las puertas se abren, somos
conscientes de que penetramos en los pies del tabernáculo humano. Los pies, regidos
por Piscis, representan la puerta de comunicación del contacto básico con el siguiente
nivel de conciencia: La conciencia pictórica jupiteriana. Entramos en el Tabernáculo
y nos dirigimos al Altar de los Sacrificios, situado en los órganos reproductores del
cuerpo humano.

Los órganos reproductores simbolizan esas pasiones materialistas que impulsan
nuestra conciencia hacia abajo y nos retienen atrapados en los lazos de la existencia
terrena. Esto se refiere, no sólo a la actividad procreadora sexual, sino también a
cualquier actividad desarrollada con fines egoístas. Si bien la actividad sexual es
generalmente nuestro mayor escollo, a veces los que se abstienen, dirigen esta
energía hacia otras expresiones negativas que son igualmente perjudiciales. Cuando
el celibato es, tanto espiritual como físico, la energía sexual se transmuta en más
actividad espiritual mediante servicio inegoísta a otros.

Hay que estar alerta a cualesquiera imágenes simbólicas espontáneas que
hallemos en nuestros viajes meditativos. Por ejemplo: Un meditador vio una
amenazadora cobra en el altar del órgano reproductor. Tras larga vacilación , llegó a
la conclusión de que se trataba de una fuerza suya interior que debió haber superado,
y se aproximó al altar. La cobra serpenteó amenazadora en torno suyo cuando él se
sentó sobre el altar. Durante varios días el meditador volvió a enfrentarse con esta
situación y quedó atascado en ese estadio de meditación. Finalmente, el significado
simbólico de la imagen de la cobra se hizo claro cuando pensó que debía haber
aceptado la cobra como una fuerza suya interna. Cuando llegó a tal conclusión, la
cobra se fundió con su cuerpo y se hizo una con él: El cuerpo de la serpiente se
confundió con su espina dorsal y al cabeza hinchada y los colmillos se convirtieron
en el cerebro y las glándulas cerebrales. Ante esta mezcla simbólica, el meditador
dedujo intuitivamente que tenía que transmutar su energía sexual en un servicio
específico de alivio que implicaba el aprender y enseñar los significados ocultos de la
vida.

Cada vez que uno insista en meditar sobre una misma imagen, ganará visión
interna acerca de uno o varios aspectos de su carácter que pueden ser desarrollados.
Estas visiones se pueden obtener mediante las imágenes simbólicas, como queda
descrito, o mediante intercambios verbales o sensibles. A veces el meditador ve a una
persona que , de algún modo, quiere transmitirle determinadas palabras, que son
soluciones a problemas o instrucciones que debe seguir. En cualquier caso, durante la
meditación, debemos estar abiertos a mensajes provenientes de los tres canales
mayores de la vista, el oído y el tacto.

Cuando el meditador averigua la parte de su naturaleza que necesita cambiar,
enciende el fuego rojo sobre el altar y quema en él la característica inconveniente.
Para que la transmutación sea completa, el meditador necesita visiones específicas de
una aplicación positiva, mediante servicio, de las antiguas expresiones negativas de
energía. Entonces el meditador desciende del altar y continúa hacia la pila de bronce,
localizada en el corazón.

El corazón debe imaginarse como situado en el centro del cuerpo, un poco a la
derecha de su actual posición. Así, desde su posición central, dirige la sangre vital de
nuestras energías, desde los deseos egoístas inferiores hacia los órganos que
proporcionan visión sobre los elevados propósitos de la vida.

Cuando uno llega a la pileta/corazón de purificación, examina las doce
representaciones simbólicas de los signos del zodíaco alrededor del corazón/sol
central. Luego trepa a la pileta y baña en ella toda su naturaleza interna. Se desprende
del hollín de los pecados reconocidos, de los que se ha arrepentido y ha quemado
sobre el Altar de los Sacrificios. En cada lavado debe dirigirse nuestro esfuerzo hacia
una específica expresión positiva de energía, antes malgastada en pecados de acción y
de omisión. Finalmente, se sale de la pileta y se permite uno solearse a la radiación
dorada de una pura y fructífera energía crística que surge de dentro y busca una
expresión en el servicio.

Nos aproximamos ahora a la puerta de la Sala Este del Tabernáculo. Cuando se
penetra en ella hay que percibir las manos y la garganta, importantes instrumentos de
servicio en la existencia material. La mano de la izquierda entrando corresponde al
candelabro de siete brazos y representa el conocimiento adquirido mediante los siete
mensajeros planetarios de nuestro sistema solar. Se puede obtener mucha visión
interna en esta etapa, contemplando la naturaleza de cada planeta, por turno, y
planteándose uno mismo la pregunta: "¿Cómo puede esta divina energía encontrar a
mi través su mejor expresión en el servicio?".

La mano del lado derecho, mirando al oeste, corresponde al Altar de los Panes
de la Proposición y representa las oportunidades de servicio que se nos ofrecen a
través de las doce casas del horóscopo. La contemplación de la naturaleza de cada
casa proporcionará visión interna al plantearse uno la pregunta: "¿Cómo puedo
expresar, del mejor modo posible, mi propia energía en este departamento de la
vida?".

La garganta corresponde al Altar del Incienso y representa la fragancia que
desprendemos como consecuencia del servicio realizado. Si servimos como un canal,
cada vez más eficiente, de la energía divina, colaborando para el progreso de la
evolución humana, nuestra voz se hará más "fragante" y nuestras palabras más
agradables a los otros y a nosotros mismos. Usaremos espontáneamente palabras
menos ofensivas, ya que la naturaleza ofensiva habrá sido quemada en el Altar de los
Sacrificios. Pronunciaremos palabras más en armonía con la palabra divina,
procedente de los oscuros mundos internos representados por la cabeza y la Sala
Oeste del Tabernáculo.

Cuando estemos en meditación ante la Sala Oeste, imaginemos en su interior el
Arca de la Alianza, que corresponde al cráneo. El Arca contiene tres símbolos que
representan el producto de nuestros esfuerzos en las tres salas del Tabernáculo. El
cráneo contiene tres órganos o centros de energía espiritual que se despiertan
mediante esfuerzos espirituales eficientes.

Imaginemos al corazón del cuerpo/Tabernáculo sirviendo como músculo
voluntario en el bombeo de la sangre (energía de deseos) hacia el punto que se
encuentra en la raíz de la nariz. Nos armonizaremos con ese punto si vivimos
sincronizados con el plan divino. Ese punto corresponde a las Tablas de la Ley en el
interior del Arca, símbolo de la vida a tenor de la ley interna.

Luego el corazón purificado bombea la esencia del servicio al Vaso de Oro del
Maná, cuyo órgano correspondiente en el cráneo es el cuerpo pituitario. Recuérdese
que éste activa los cambio sexuales en la pubertad, enviando señales hormonales a las
gónadas. Lógicamente, de esto se sigue que, canalizando la energía a la inversa,
desde las gónadas a la pituitaria, podemos estimular el comienzo de un despertar más
elevado: El de las fuerzas espirituales.

La glándula pineal corresponde a la Vara de Aarón, que floreció. Cuando la
pituitaria estimulada, estimula, a su vez, y despierta a la pineal, la vibración armónica
de ambos órganos produce la apertura de los doce nervios craneales y el despertar de
la visión espiritual voluntaria, simbolizada por el signo de Acuario.

En suma, el nivel básico de meditación consiste en enfocar todo lo relativo a
los sentidos, a la memoria, a las emociones y a las facultades mentales, desarrolladas
durante la concentración, para dar lugar a una dinámica interacción de imágenes
visuales, instrucciones auditivas, conciencia mental y sensitiva y símbolos
recordados, para estimular visiones espontáneas que ayudan al crecimiento espiritual.

Este trabajo sobre la meditación termina con un examen de Acuario, el
andrógino portador de agua. Comparando este símbolo con la Vara de Aarón que
floreció (los doce nervios craneales abiertos), observaremos que la figura de Acuario
es un símbolo adecuado de los resultados de nuestros esfuerzos en el Tabernáculo. El
andrógino acuariano posee una fuerza sexual totalmente transmutada. El cuerpo es
completamente armónico con la naturaleza espiritual, que no es ni masculina ni
femenina. El andrógino sostiene una vasija de la que mana agua y que simboliza la
sabiduría cósmica que fluye incesantemente a través de los nervios craneales abiertos.

A pesar de que Max Heindel dice que no pueden darse instrucciones para la
meditación, que conduzcan específicamente a tal despertar espiritual, el símbolo de
Acuario puede proporcionarnos claves que nos ayuden en tal sentido.

Acuario y Urano, su regente, dícese que están fuertemente asociados a los
éteres. En el cuerpo físico, éstos se hallan asociados a la linfa. En un estado relajado
de meditación la linfa fluye libremente entre las sinopsis de las células nerviosas del
cuerpo.. La linfa es la parte de la sangre que primero recibe los éteres que penetran en
el cuerpo. Como los éteres conservan una imagen de la memoria de la naturaleza o
registro akásico, el acceso de la linfa a las sinopsis de las células nerviosas puede ser
la avenida de la clarividencia y la visión espiritual consciente.

Repasando las sugerencias de Max Heindel vemos que nos dice que debemos
acallar la mente y los sentidos, así como las demandas de la personalidad: Mentales,
emocionales y físicas; luego, liberar las creaciones del yo consciente, incluyendo la
meditación que hemos creado; abandonar todas las imágenes y permitir a la sabiduría
y la experiencia cósmicas fluir en nuestras vidas y en nuestro yo consciente.

El proceso aquí descrito es un método progresivo para ir orientando nuestra
conciencia hacia los mundos superiores internos y que da por resultado el despertar
de las fuerzas intuitivas e inspiradoras. Aunque éste es uno solamente de los muchos
métodos de concentración y meditación posibles, está basado en el simbolismo
astrológico, en las enseñanzas de la Sabiduría Occidental y en la Filosofía Rosacruz,
y puede ser por ello muy útil para el aspirante rosacruz.

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de: LA MEDITACIÓN. CONSEJOS PARA LA MISMA.
por John Hempstead
(de Rays from the Rose Cross de octubre de 1980, traducción de Francisco-Manuel
Nácher)

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