lunes, 14 de noviembre de 2011

MEDITACIÓN E IMAGINACIÓN


MEDITACIÓN E IMAGINACIÓN

por John Hempstead
(publicado en Rays from the Rose Cross de noviembre de 1980, pág. 488)
traducción de Francisco-Manuel Nácher López

Meditación es la palabra y está de moda. Parodiando a Shakespeare, esta cita pone en evidencia un aspecto de nuestra actual cultura. La meditación es realmente una palabra y un hecho de moda. Debido a esa popularidad, los conocedores de las Enseñanzas de la Sabiduría Occidental tienen una oportunidad de fomentar una meditación compatible con el temperamento occidental, que apunte a la finalidad perseguida por los métodos oculto y místico occidentales, desarrollando el "vehículo interior" para penetrar y funcionar en los mundos internos.
Max Heindel describe siete ejercicios que ayudan al desarrollo del vehículo interior: La retrospección, la concentración o la oración, la meditación, la observación, el discernimiento, la contemplación y la adoración. La observación y el discernimiento los practicamos en la vida diaria. En la contemplación y la adoración sólo puede penetrarse con la ayuda de un maestro espiritual interno. La retrospección y la concentración se recomiendan al aspirante espiritual como ejercicios regulares.
Pero la meditación queda a discreción del individuo.
El artículo anterior sobre la meditación (Rays from the Rose Cross de octubre de 1980) exponía consejos derivados del estudio astrológico y de la meditación misma. Este artículo expondrá consejos para la meditación basados en la Filosofía Rosacruz y en el papel de la imaginación en el establecimiento de contacto con las realidades internas.
El símbolo del renacimiento representado en la cabecera de este artículo (es el mismo que encabezaba el anterior artículo) no podría haber nacido sin que nuestra imaginación infundiera vida en el símbolo para que nos pudiera hablar y pudiésemos aprender de la forma arquetípica y de la vida existente tras la imagen.
Max Heindel llama a la imaginación la primera manifestación de fuerza. En el Cosmos, pág. 278, la creación se describe así: "El primer aspecto de la manifestación de vida, la Voluntad de crear, despierta al segundo aspecto de la manifestación de vida para que conciba un plan que, a su vez, estimula al tercer aspecto, la actividad, en la sustancia cósmica". La Sabiduría-Imaginación permanece activa para que la actividad se desarrolle con orden. En la meditación sobre el símbolo aludido se utilizan los tres aspectos: Primero, se necesita Voluntad para aprender del símbolo del renacimiento; en segundo lugar, hay que traer a la vida su imagen mediante la imaginación; y, en tercer término, hay que emplear la voluntad y la imaginación para canalizar la acción de un modo secuencial que haga posible aprender de ella.
La imaginación, en su sentido más elevado, es vital, tanto para el progreso material como para el espiritual, porque nada puede conseguirse en ningún nivel si antes no ha sido imaginado como posible. Para examinar más de cerca la imaginación, fijémonos en el diagrama nº 1 del cosmos, pág. 45, que comentamos a continuación:
Se ve en este diagrama que la mente dirige y enfoca las ideas germinales hacia la forma arquetípica. También la imaginación está enfocada sobre el deseo que, actualmente, es el principal responsable de la actividad. A la larga evolucionaremos hacia un estado de conciencia que permitirá que el incentivo principal para la acción surja de la imaginación, la fuerza inicial o fuerza de Cristo, oculta en la manifestación. Para alcanzar tal estado de desarrollo hemos de ser capaces de dar de lado el egoísmo y actuar en armonía con el bien universal, aunque no esté en la línea de nuestro propio bien material.
Cuando los humanos descendimos de conciencia desde el etérico Jardín del Edén, lo hicimos porque nos fue posible utilizar nuestra imaginación para obtener ventajas materiales egoístas. Cuando estábamos desarrollando la conciencia pictórica lemur, una expresión de la imaginación, los espíritus Luciferes, obtuvieron posibilidad, a través de nuestro poder imaginativo, de mostrarnos cómo actuar en nuestro propio beneficio.
Como Mefistófeles, cuando quedó atrapado en el estudio de Fausto, fuimos atrapados por el deseo de conseguir nuestros anhelos materiales. Y, como Mefistófeles, hemos de salir por la misma puerta por la que entramos: Nuestra imaginación. Pero, para eso, nuestra imaginación ha de tener unas miras más espirituales que materiales y poder elevar nuestra conciencia desde la actual trampa material. La conciencia pictórica jupiteriana, mediante una imaginación impregnada de deseo inegoísta de servicio en el plano etérico, orientará nuestra conciencia hacia la búsqueda de los tesoros acumulados en el cielo - lejos de las preocupaciones materiales - preparándonos para salir al encuentro de Cristo en el aire (éter). La meditación es un medio de desarrollar la imaginación de tal modo que favorezca el crecimiento de la conciencia pictórica jupiteriana.
Se ha descrito arriba la imaginación como una herramienta para desarrollar el vehículo interno. Los sueños, la meditación y la clarividencia son sendos canales de la imaginación. Los sueños constituyen un canal de la imaginación accesible a la masa de la humanidad, puesto que todos somos capaces de soñar y, mediante la práctica, de aprender el arte de soñar lúcidos, lo que nos permite buscar y recibir respuestas a problemas. La clarividencia puede desarrollarse a lo largo de líneas voluntarias o involuntarias. La clarividencia involuntaria no supone control consciente. Max Heindel dice que si se fuerza la adquisición de la clarividencia, ésta resulta una desgracia y un canal incompleto. Como una rosa que forzamos a abrirse estirando sus pétalos con los dedos, la clarividencia puede resultar grotesca si intentamos manejar fuerzas para cuyo uso no estamos preparados. Max Heindel
continúa diciendo que los Hermanos Mayores son los mejores jueces para decidir si estamos o no preparados.
La meditación puede ser un camino intermedio entre los sueños inconscientes y la clarividencia conscientemente dirigida con fines espirituales. Como canal medio de la imaginación que es, la meditación tiene la ventaja del control consciente sin la desventaja de forzar nada. Durante la meditación recibimos tanta sabiduría cósmica como somos capaces de emplear en nuestro actual estado de desarrollo, no más. El diagrama que sigue muestra la relación entre los ejercicios aconsejados por Max Heindel: Retrospección, Concentración y Meditación.
La retrospección consiste en revivir los acontecimientos pasados y examinar los actos, emociones y formas mentales que hemos empleado como canales de nuestra conciencia. La retrospección purifica los sentimientos y hace que, finalmente, el corazón desee convertirse en un limpio canal para la energía de Cristo. La concentración consiste en acallar la mente de modo que quede detenida sobre una idea. Con la práctica, la mente puede alejarse de los asuntos materiales y convertirse en puerta que conduzca a los espirituales y a la sabiduría cósmica que fluye de la fuerza de Cristo como imaginación.
La meditación puede ser un canal de la imaginación que proporcione beneficios espirituales a todos nuestros vehículos de conciencia: Cuerpo químico, cuerpo etérico, cuerpo de deseos, mente y triple espíritu (humano, de vida y divino).
A continuación se describen estos cuerpos y las meditaciones que hacen posible su desarrollo.

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