martes, 8 de noviembre de 2011

EL RACISMO Y LAS RAZAS


EL RACISMO Y LAS RAZAS
por Francisco-Manuel Nácher

Si los racistas supieran que, para llegar adonde están ahora en la evolución, tuvieron que pasar antes por las razas que ahora desprecian, se curarían rápidamente de su desviación. Porque necesitan saber que las razas no son sino vestiduras, vehículos, posibilidades distintas, puesto que los cuerpos físicos por los que se expresan son distintos y muestran aptitudes distintas, sensibilidades distintas y evolución distinta. Pero todos, absolutamente todos, somos espíritus virginales pertenecientes a la misma oleada de vida.

¿Cómo pasa un espíritu de una raza a otra y por qué?

En términos generales, la humanidad va perfeccionando sus vehículos físico, etérico, de deseos y mental. Hay dos motivos, sin embargo, para que ese perfeccionamiento no sea homogéneo:

1.- El momento en que el espíritu pasó del estadio animal al estadio humano, es decir, la existencia en que adquirió, o más bien, recibió la mente porque, en su evolución había alcanzado el punto que lo hacía posible.

2.- La conducta observada a lo largo de la evolución, su obediencia y su ajuste a las leyes naturales.

La oleada de vida humana, mediante la evolución, va perfeccionando sus vehículos y abriendo nuevos caminos, es decir, creando nuevas razas.

Los más avanzados - siempre, insistimos, en términos generales - renacen con los vehículos más perfeccionados y constituyen la raza más avanzada, actualmente la blanca, con todas sus subrazas. Tras ellos van los que aún no pueden utilizar esos vehículos, porque aún no han aprendido a construirlos, y utilizan cuerpos de las razas mogoles, con todas sus subrazas. Y tras ellos, los que utilizan cuerpos de la raza negra, con todas sus subrazas.

Todo esto, que es cierto, no abona, en absoluto, las teorías racistas - que están precisamente basadas sólo en los cuerpos y no en los espíritus y, que ignoran el renacimiento – que propugnan el egoísmo, la exclusividad, el desprecio y el desamor No. Precisamente patentiza que los más evolucionados, si lo son, es porque han ayudado a los que iban detrás y, si desean seguir siéndolo, tendrán que seguir ayudando a evolucionar a sus hermanos más atrasados. De otro modo perderán su liderazgo y tendrán que regresar a alguna raza menos avanzada. Y ése es el motivo de la afirmación con que iniciamos estas líneas.

O sea, que cualquier espíritu - siempre, insistimos una vez más, en términos generales - cuando ha agotado las posibilidades de adquirir la experiencia y la evolución que le brindaban los cuerpos pertenecientes a un grupo determinado, renace la vida siguiente con cuerpos pertenecientes a otra tribu, pueblo, religión o raza, más avanzados, que le brindan nuevas oportunidades, ya que la finalidad del renacimiento es el adquirir experiencia en el mundo físico.

Por supuesto, siempre hay excepciones, grandes espíritus que, para impulsar la evolución de cualquier raza o pueblo menos evolucionado, renacen en él, renunciando a nacer en otras que lo son más.

Cada uno, pues, está en el lugar que le corresponde en todo momento. Y ese lugar es sólo fruto de su propio comportamiento anterior.

Pero todos tenemos la obligación de ayudar a evolucionar a los que vienen detrás, so pena de pasar a formar parte de ellos.

Hay, en este aspecto, un caso curioso y es el de los antropoides y demás simios.

Estos seres pertenecen a la oleada de vida humana - humana ahora, pero antes animal, antes vegetal y antes mineral, es decir, que emanamos en Dios todos en una sola efusión creadora - pero, en determinado momento de la evolución, quedaron rezagados hasta tal punto que han conservado características animales y han evolucionado en esa línea. No existe, pues, un eslabón entre el mono y el hombre. Existe una parte de la oleada de vida que se queda atrás y evoluciona más lentamente y de modo paralelo al resto de sus hermanos. Los antropoides no han recibido aún el vehículo mental individual y usan la mente macrocósmica - lo que podríamos denominar la "mente de la tierra" - para su evolución.

Por supuesto, aún no están perdidos del todo pero, en el mejor de los casos, aún tendrán que pasar por las distintas razas existentes.

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1 comentario:

  1. Muy esclarecedor! Gracias Francisco Manuel! Gracias Edgardo! Feliz Navidad!

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